Esta edición centenaria del Tour de Francia será lugar del primer duelo entre Froome y Contador en tierras francesas desde que se produjo la irrupción de Froome como aspirante a la general de las grandes vueltas. Hasta el momento solo se han encontrado una vez; en la Vuelta a España de la temporada pasada en la que Contador aventajo en más de 10 minutos a un Froome que llegó algo pasado de forma tras ser segundo en el Tour de Francia.
El gran ausente de esta edición centenaria de la Grand Boucle será Bradley Wiggins, vencedor del pasado Tour. Durante todos estos meses hemos visto como sólo la incertidumbre de la presencia de Wiggo en Francia o no y un posible conflicto interno desencadenado a raíz de ello en el seno del Sky, podía poner en tela de juicio el papel de líder y máximo favorito de Froome. Una vez confirmada la ausencia de Bradley Wiggins, Froomy tiene un obstáculo menos y quién sabe si no ha salvado el que era su gran escollo para logar su gran objetivo: el amarillo en Paris.
El punto de inflexión de la carrera deportiva de Chris Froome se produjo en la Vuelta a España 2011 y desde entonces no ha hecho sino crecer hasta situarse como el gran favorito al triunfo en la ronda gala. La temporada 2013 del ciclista del Sky está siendo prácticamente perfecta. Froome ha seguido el camino trazado por Wiggins en 2012, venciendo allí donde ha corrido a excepción de la Tirreno-Adriático donde fue segundo tras Vicenzo Nibali. Victorias en Omán, Criterium internacional, Romandia y Dauphiné y siempre arropado de manera extraordinario por el Sky. Y es que al gran saber estar en carrera mostrando por Chris Froome, hay que añadir que junto a él rema el mejor equipo del mundo. El "nueve" presentado por el Sky es inmejorable, con hombres muy fuertes en todos los terrenos. Hay grandes rodadores y contrarrelojistas como Stannard, Boasson Hagen y Thomas, y ciclistas de garatías para encabezar el grupo cuando la carretera se ponga cuesta arriba como Kennaugh, Siutsou, Kirienka, David López y sobretodo Richie Porte, que ha sido uno de los ciclistas más destacados del arranque de temporada con su victoria en Paris-Niza y segundo puesto en País Vasco, Criterium Internacional y Dauphiné.
Durante todo el año hemos visto a Froome dejarse llevar por su equipo sin precipitarse saliendo a los ataques de sus rivales, a los que normalmente ha alcanzado con facilidad una vez se lo ha propuesto. Y siguiendo este modus operandi todos han claudicado ante Froome, incluso Contador.
El pinteño en ningún momento ha perdido su ciclismo ofensivo, ha atacado a Froome en la montaña cada vez que ha corrido contra él en este 2013, pero el resultado ha sido siempre el mismo: Cazado en el último kilómetro y sentenciado una vez que ven la pancarta de meta tras una brutal arrancada del inglés. A pesar de ello y sin discutir el favoritismo de Froome, si hay alguien que merece el beneficio de la duda es Alberto Contador. Ha ganado siete de las ocho grandes vueltas que ha disputado como líder de su equipo y nadie sabe mejor que él como afrontar y prepararse para una cita de esta envergadura.
Puede que Saxo-Tinkoff y Contador dejen la carrera en manos de Sky las dos primeras semana, asumiendo que Froome llevará el mando y algo de ventaja, y apuesten por hacer tremendamente dura la tercera semana, intentando hacer saltar la carrera por los aires en jornadas como la del Mont Ventoux o Alpe d'Huez, ya que si algo tiene a su favor Contador es su capacidad de recuperación y que ha demostrado ser el mejor fondista de la última generación ciclista, mientras que a Froome ya vimos que se le hizo demasiado larga la tercera semana de la Vuelta del año pasado. El ciclista español parece haber seguido una preparación de cara al Tour muy distinta a la de Froome, más conservadora y enfocada a llegar con su mejor golpe de pedal a la tercera semana de carrera donde ha de decidirse la misma. A Froome le he hemos visto en un estado de forma muy cerca de su tope en Dauphine, por lo que es inevitable plantearse si quizá no se le vaya a hacer demasiado larga la carrera con una tercera semana tan dura.
Si algo tiene a su favor Contador es su capacidad de recuperación y que ha demostrado ser el mejor fondista de la última generación ciclista, mientras que a Froome ya vimos que se le hizo demasiado larga la tercera semana de la Vuelta del año pasado. El ciclista español parece haber seguido una preparación de cara al Tour muy distinta a la de Froome, más conservadora y enfocada a llegar con su mejor golpe de pedal a la tercera semana de carrera donde ha de decidirse la misma. A Froome le he hemos visto en un estado de forma muy cerca de su tope en Dauphine, por lo que es inevitable plantearse si quizá no se le vaya a hacer demasiado larga la carrera con una tercera semana tan dura.
Alberto Contador llega muy motivado, con ganas de despejar las dudas generadas en torno a su rendimiento pero con la duda de no haber rendido a su nivel. Especiamente preocupante fueron las diferencias en la contrarreloj de la Dauphine donde Froome le endosó casi tres minutos, una diferencia que quizá en el Tour sería insalvable. Contador dijo estar aún lejos de su mejor momento, por lo que lo normal sería que el español aproximará su rendimiento al de Froome según se acerque el arranque de la carrera. Un factor clave y con el que no ha contado otros años Contador, es el detener un gran equipo a su lado y este año el pinteño no podría estar mejor rodeado: Kreuziger, Roche, Rogers y sus hombres de confianza Hernández y Noval, un equipo preparado para plantar cara al todopoderoso Sky.
Una victoria a la contra, que le permita resarcirse de su sanción, elevaría a Contador al templo de los más grandes corredores de vueltas por etapas de la historia, si es que aún no está en este club. El problema se llama Froome que marca diferencias en montaña, es el mejor de los aspirantes a la victoria final contra el crono y tiene el mejor equipo. El ciclista del Sky tiene la receta de la victoria, pero el Tour es muy largo y cualquier cosa puede salirse de lo planeado.
