“Desde hacía tiempo que no tenía estas sensaciones”. Enric Mas confirmó en meta lo mucho que se ha divertido en la novena etapa con final en Velefique y “en toda esta primera semana. Casi desde el 2018 no disfrutaba tanto de la bici y estoy muy contento”. No hubo más que ver el ascenso final, que le ha confirmado como uno de los serios candidatos al podio y quizás a algo más en esta Vuelta a España.
A cinco kilómetros para el final, el mallorquín del Movistar probó al reducido grupo de favoritos entre los que estaban Egan Bernal sufriendo, Adam Yates, su compañero Supermán López y el propio Roglic. Yates se había vaciado para seleccionar el grupo previamente y fue el telefónico el que terminó aprovechándose junto al propio líder de la carrera, que no tuvo problemas en seguir su rueda.
En ese movimiento de Yates fue Supermán el encargado de echarlo abajo y mover el árbol. Después le tocó el turno a Mas. “Los dos teníamos que sacar tiempo a todos, intentar ver quién se quedaba. He sido yo el que ha conseguido tiempo hoy pero otro día será Supermán”, contaba el balear.
Con los pies en la tierra también afirmó que “no he tenido a Roglic contra las cuerdas, los dos íbamos a tope pero en el final era un poco más rápido que yo. Ambos íbamos a tope, yo he tirado un poco más fuerte porque era el que tenía que sacar tiempo”.
Este final en el Alto de Velefique, la primera etapa seria de montaña de esta Vuelta le ha afianzado en la segunda posición de la general y le deja “muy contento”. No oculta que de aquí en adelante, "vamos a intentar coger el maillot rojo. Es la carrera de casa y es muy importante para el equipo”. Repetía que “hoy no le he puesto a Roglic contra las cuerdas pero se intentará".