Jonas Vingegaard, primero en los tiempos oficiales que se tomaron a tres kilómetros de la línea de meta de Bilbao, manifestó su pena por no haber podido disputar la etapa: “Me ha desilusionado haber escuchado que se neutralizaba, quería ganar porque es el cumpleaños de mi hijo. Hoy hace un año. Es una pena, me hubiera gustado haber tenido la posibilidad pero no ha podido ser”, declaraba el líder de la carrera.
Vingegaard tuvo palabras de agradecimiento para la Ertzaina, después del primer paso por la línea de meta cuando varios manifestantes quitaron las vallas e intentaron colarse en la carretera en el momento que el pelotón transitaba por la Gran Vía de Bilbao. “Honestamente, la policía ha hecho un gran trabajo. La primera vez que hemos pasado por la meta hemos visto que había manifestantes que intentaban entrar en la carretera y la policía no se lo ha permitido. También han intentado parar la carrera en el segundo paso por el Vivero pero hemos conseguido pasar”. Declaró que “no me he sentido en peligro en ningún momento”.
No ocultó sentirse apenado al enterarse por Radio Vuelta de que no habría vencedor de etapa. “Cuando lo he sabido, no quería hacer nada, pero Tom ha atacado, iba muy rápido, me ha costado seguirle. He conseguido alcanzarle en la cima y después hemos colaborado bien. Hemos intentado ganar el mayor tiempo posible. No estoy seguro si Tom sabía o no que no iba a haber ganador de etapa porque iba muy fuerte (ríe). Yo sí lo sabía y he dado todo hasta que quedaban tres kilómetros a la meta, después me he parado”.
Subrayó el danés que “debería ser el ganador, he pasado el primero por la nueva meta”, y cuando le preguntaron si el regalo a su hijo puede llegar con un día de retraso, en referencia a si disputará la etapa de mañana con final en Corrales de Buelna, respondió que “sí, podría ser. Veremos”.