Roglic pasa al ataque y sufre una dura caída en Tomares, donde Pedersen firma el doblete

El esloveno rompe la carrera a falta de 2,5 km y luego se cae en el sprint reducido que da la victoria al danés del Trek-Segafredo. Evenepoel pinchó dentro de la zona de protección y el jurado le da el mismo tiempo que al grupo principal, a 8" de los primeros.

Pedersen firma un doblete en Tomares. Foto Luis Ángel Gómez   Sprint Cycling Agency
Pedersen firma un doblete en Tomares. Foto Luis Ángel Gómez Sprint Cycling Agency

La etapa parecía de transición para los favoritos, de recuperación antes de los dos finales en alto que vienen, y puede terminar siendo muy decisiva. Y todo por una caída en la recta de llegada que ha arruinado el movimiento valiente y repleto de clase de Primoz Roglic en los últimos kilómetros.

El final ha sido frenético, una auténtica locura. Cazados los dos protagonistas de la fuga (Ander Okamika y Luis Ángel Maté) a falta de 14 km, todo parecía apuntar a una resolución entre los hombres rápidos, en un final que picaba hacia arriba en Tomares (Sevilla). Pero Roglic, siempre ambicioso, tenía otros planes. Lanzó un duro ataque a falta de 2,5 km que rompìó el pelotón, en el momento en que el líder Remco Evenepoel se paraba por un pinchazo. Estaba dentro de los tres últimos kilómetros pero este cúmulo de circunstancias ponía al jurado ante una difícil decisión. Con la carrera rota, ¿en qué grupo situarían al maillot rojo a efectos de tiempo perdido?  

Remco Evenepoel
Remco Evenepoel, esperando la asistencia tras pinchar. Foto: Luis Ángel Gómez (Sprint Cycling Agency)

Solo Mads Pedersen, Fred Wright, Pascal Ackermann y Danny Van Poppel pudieron seguir la rueda de Roglic, y se jugarían la victoria en un sprint a cinco que tuvo el peor de los desenlaces para el espectáculo de La Vuelta. El esloveno del Jumbo-Visma hizo el afilador con la rueda trasera de Wright y se fue al suelo, dañándose la rodilla y el brazo derecho. En meta estaba conmocionado y con heridas visibles; el infortunio, una vez más, le visita. Habrá que estar atentos a las consecuencias de las mismas de cara a las etapas que restan. 

Primoz Roglic
Así entró Primoz Roglic en meta. Foto: Luis Ángel Gómez (Sprint Cycling Agency)

Con Roglic en el suelo, Mads Pedersen remataba para lograr un doblete de enorme mérito en esta Vuelta. Una victoria -la octava de la temporada para el danés del Trek-Segafredo- con la que consolida de manera definitiva su maillot verde. 

Tras él entraron Ackermann, Van Poppel y Wright, y a 8" un primer grupo encabezado por Quentin Pacher y en el que iban Enric Mas, Juan Ayuso, Carlos Rodríguez, Supermán López y el resto de integrantes dle top-10.

A Roglic le dieron el mismo tiempo que al vencedor y a Evenepoel -tras un periodo de análisis del jurado- el del grupo que llegó a 8", por lo que mantiene el maillot rojo en una etapa convulsa. En la clasificación general, el esloveno queda a 1´26" del belga y Enric Mas a 2´01". 

 

Okamika y Maté, en fuga

La etapa arrancó desde la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda con un pelotón de 142 ciclistas tras las bajas del belga Maxim Van Gils, del Lotto Soudal (positivo por COVID), y del colombiano Esteban Chaves (EF Education-Easy Post), en baja forma física durante toda la carrera. “Está decepcionado por dejar la Gran Vuelta española, pero lo hace para recuperarse y volver más fuerte en el futuro”, decían en su equipo.

Nada más darse la salida saltaban del pelotón dos habituales de este tipo de aventuras: Ander Okamika (Burgos-BH) -para quien era su cuarta fuga en La Vuelta 2022- y Luis Ángel Maté (Euskaltel-Euskadi), empeñado en seguir donando árboles (uno por cada km que marche en fuga) para reforestar la Sierra Bermeja.

Okamika y Maté en la fuga del día
Ander Okamika y Luis Ángel Maté, protagonistas de la fuga. Foto: Cxcling (Unipublic)

Alcanzaron una ventaja máxima de 4 minutos sobre un pelotón en el que cogieron el mando los ciclistas del Trek-Segafredo -pensando en las opciones del maillot verde Mads Pedersen- y Cofidis, para su velocista Bryan Coquard. Era la penúltima oportunidad en esta Vuelta para los sprinters (la última será en la etapa final en Madrid) y no la querían desaprovechar.

Maté y Okamika mantuvieron el pulso con el gran grupo, pero la lógica se terminó imponiendo. El paso de los kilómetros iba menguando sus fuerzas y el pelotón aceleró el ritmo para darles caza a falta de 14 km, en un terreno salpicado de repechos. Habían rodado escapados 175 kilómetros. "Fue un día especial, muy bonito, porque pasé por los pueblos donde crecí desde niño. Ahora hay que seguir así, y luchar cada metro, si las fuerzas lo permiten”, decía tras la etapa el ciclista marbellí del Euskaltel-Euskadi.

Otros equipos entraron en la lucha por la posición y el ritmo se aceleró haciendo casi imposible cualquier intento de salto, como el que protagonizó Ibai Azurmendi (Euskaltel-Euskadi). Kaden Groves (BikeExchange-Jayco), ganador de la 11ª etapa en Cabo de Gata, sufrió un inoportuno pinchazo dentro de los últimos 10 kilómetros y ya no pudo entrar en la lucha por la victoria de etapa. 

Lo que se presuponía como un final tranquilo con protagonismo de los velocistas se convirtió en caos en los tres kilómetros finales. Roglic pasó al ataque y rompió el pelotón, Evenepoel se cortó por un problema mecánico, el esloveno sufría una dura caída en recta de meta y Mads Pedersen levantó los brazos. Efectivamente, cualquier día -hasta los considerados de trámite- se puede perder una Gran Vuelta. Esperemos que no sea el caso para el valiente ciclista esloveno. 

Mañana, 17ª etapa (Aracena - Monasterio de Tentudía, de 162,3 km), primera de los dos llegadas en alto consecutivas en tierras extremeñas. Aunque la subida final al Monasterio de Tentudía, en Calera de León (Badajoz), no es muy dura -un 2ª de 10,3 km al 5%, con rampas máximas del 12%- será el colofón a una etapa rompepiernas, endurecida por el calor extremeño. Oportunidad de oro para una fuga.

etapa 17

 

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