Si Mavic es el fabricante de ruedas número uno mundial... es por algo. Más allá de haber dado el salto de la madera al aluminio en las llantas, su contribución a la industria de la bici ha sido absolutamente clave. Ahorrándonos tecnicismos, sus aportaciones pasan por haber mejorado conceptos como la unión perfecta de las llantas, la continua investigación en nuevos materiales, el mecanizado las bandas de frenado, la inclusión del aluminio en los radios y bujes, la distribución específica de los radios en los bujes y, lo más impactante, de haber sido la marca que introdujo el concepto de rueda montada al completo en grandes series. Cuando ya parecía que se estaba tocando techo en el desarrollo de las ruedas, con ruedas 100% de carbono sin tensión, ahora exponen su genialidad creativa yendo al extremo a la hora de concebir una rueda, incluyendo la cubierta como un elemento a tener en cuenta con la misma consideración de importancia que los propios bujes, radios y llantas. Como nos expuso Michel Lethenet, brand manager de Mavic, en la presentación de estas ruedas, llevaban bastante tiempo trabajando de manera obsesiva en conseguir la rueda más ligera, más resistente, más rápida y rígida posible. Creen haberlo conseguido hasta el punto de que muchos de sus modelos superan la exigencia de cualquier ser humano, como pueda suceder con ruedas como sus Cosmic Ultimate, el resultado es extremo, pero no es el de la rueda perfecta. Para conseguir modificar el resultado de una rueda ¿qué mejor forma que hacerlo directamente trabajando en las propiedades de la cubierta? Así presentan esta nueva K10 en edición limitada, modificadas para acoger sus cubiertas específicas. Este diseño les permite rebajar el peso del todo el conjunto, reducir el nivel de estrés sobre la llanta y obtener un comportamiento dinámico que une las cualidades de un tubular y el confort de las cubiertas. Para presentar esta nueva etapa del desarrollo de ruedas eligieron la Ksyrium por ser su décimo aniversario, que además es su rueda más completa, a la que han aplicado las numerosas mejoras al poder contar con la cubierta dentro del desarrollo.
El peso de las ruedas que nosotros probamos era de 1.460 gramos sin montar y 2.138 con cubiertas, cámaras y cierres.
Sobre el asfalto
La prueba de fuego la hicimos en la subida a la Bola del Mundo, aunque ya habíamos rodado con las K10 varios cientos de kilómetros. El comportamiento dinámico nos recuerda, de manera indiscutible, a las Ksyrium, de las que heredan sus cualidades mecánicas pero, a la hora de ponerlas al límite, van un pasito por delante. La sensación de rodadura al circular fuerte en curvas cerradas y al esprintar, es más parecida a la que aporta un tubular que a la de unas cubiertas convencionales, siempre salvando las distancias. Incluso el "siseo" de la cubierta al cambiar de flanco cuando nos apoyamos fuerte en los escaladores de las manetas y hacemos el "bailón" es el propio de un tubular.
El haber dispuesto de un diseño integral para el binomio llanta/cubierta ofrece muchas ventajas, ya que se conocen los límites de acoplamiento en el talón de la llanta y no hay que jugar con las tolerancias tradicionales (normas ERTRO). También se conoce el índice de flexión lateral de la estructura de la rueda y su comportamiento durante los pares de aceleración.
Con estos datos se ha podido fabricar una cubierta totalmente personalizada, y el resultado, según nuestra apreciación completamente subjetiva, es del más alto nivel.