Prueba: Zwift

Las pocas horas de luz en los meses de invierno o las maratonianas jornadas de trabajo obligan a hacer auténticas piruetas para entrenar. Es entonces cuando el rodillo se convierte en compañero fiel y aparece Zwift, una aplicación destinada a conectar ciclistas de todo el mundo a través de una simulación virtual para competir y disfrutar sobre el rodillo.

Sergio Palomar

Pruebas de material
Pruebas de material

Para muchos, escuchar la palabra rodillo es sinónimo de un suplicio digno de las cámaras de tortura de la Inquisición. Pedalear sin moverse del sitio, con una pared como horizonte mientras dejamos a nuestros pies litros de sudor, no es que sea una perspectiva muy sugerente. Sin embargo, como en muchos otros aspectos de la vida, la tecnología ha acudido al rescate para convertir una actividad aburrida en algo completamente adictivo como demuestra Zwift, una aplicación destinada a conectar usuarios de todo el mundo en una simulación virtual con la que hacer rodillo ya nunca será sinónimo de aburrimiento.

Conexión total

Los rodillos con resistencia controlada electrónicamente desde el ordenador o una consola y las aplicaciones de simulación virtual no son algo nuevo. Muchos recordaréis el Tacx i-Magic, pionero entre los conocidos Smart Trainers. Desde entonces mucho han evolucionado los cicloentrenadores con sensaciones cada vez más realistas. Sin embargo, a la hora de conectar con el ordenador casi todos se limitaban a su propio software, mejor o peor conseguido, lo que al fin y al cabo sí, era un avance a la hora de entrenar, pero al final ahí estábamos nosotros solos viendo un muñequito en la pantalla del ordenador o a lo sumo rivales que el ordenador generaba para nosotros. El cambio ha venido con la unificación de las comunicaciones entre rodillo y ordenador con la generalización del protocolo creado por ANT para estandarizar la comunicación de datos. Protocolo que también se aplica sobre la comunicación Bluetooth Smart, con lo que podemos tener prácticamente todos nuestros dispositivos ciclistas conectados. Con la tecnología encima de la mesa, Zwift se lanzó a crear su aplicación con el añadido no sólo de poder conectar rodillos inteligentes, sino hacer extensible su uso a cualquier cicloentrenador. El único requisito es disponer de un medidor de velocidad/cadencia y conexión ANT o Bluetooth en el ordenador.

Bienvenidos a Watopia

Al acceder a Zwift -tras descargar e instalar la aplicación en nuestro PC o Mac desde zwift.com- emparejamos los dispositivos que utilicemos con el ordenador y aparecemos en Watopia, una isla imaginaria sobre la que se han diseñado una serie de carreteras con varias alternativas que podemos ir eligiendo sobre la marcha en cada cruce. Cada día hay un único trazado disponible que se alterna entre esta isla y el circuito del pasado Mundial de Richmond. En esta sencillez radica parte del éxito, es como salir a la carretera y allí está todo el mundo. Simplemente arrancas y te puedes unir a una grupeta, ir solo, subir por la montaña o elegir el llano. El máximo realismo lo obtenemos con un rodillo inteligente y un medidor de potencia, con lo que se simula hasta el efecto de ir a rueda, pero si no los tenemos, en función de la velocidad y nuestro peso el programa se encarga de calcular la velocidad de nuestro avatar en la pantalla. Si esto no fuera su­ficiente para engancharnos, los creadores de Zwift han añadido ciertas características para darle un espíritu de videojuego, como powerups que conseguimos al pasar por un sprint o un premio de montaña que nos dan ventajas momentáneas como poder contar con el rebufo de ir tras un camión o adelgazar unos kilos para superar con mayor facilidad las subidas. También existen tramos cronometrados con sus respectivos maillots verde o a puntos rojos, integración en Strava y la posibilidad de ganar puntos de experiencia con cada kilómetro recorrido que nos permiten desbloquear nuevas bicis, ruedas o equipaciones. Aparte del aspecto puramente lúdico, es posible realizar entrenamientos pautados gracias a la función Workouts. La aplicación nos ofrece distintos entrenamientos con series e intervalos, pudiendo crear el nuestro propio a medida. Una vez en marcha nos va guiando en pantalla indicando la potencia que hemos de mantener en cada momento. El resto lo han puesto los propios usuarios con una creciente comunidad paralela en la que se organizan concentraciones y carreras, que en muchos casos resultan multitudinarias. ¿Seguís pensando que entrenar bajo techo es un peñazo?

ENTRENAMIENTOS DE CALIDAD

Que el ciclismo es un deporte duro no es algo nuevo, pero pasar miserias bajo la lluvia o el frío intenso cada vez resulta menos necesario. Esto es algo de lo que incluso se han dado cuenta la multitud de profesionales que, durante los días más rigurosos, nos podemos encontrar por la isla. Muchos de ellos claramente identificados mediante un logotipo específico y otros de forma más anónima han descubierto que Zwift es una herramienta perfectamente válida para llevar a cabo sus entrenamientos. En nuestras rutas por Watopia nos hemos encontrado con nombres como Warren Barguil, Boasson Hagen o Ten Dam. También es un habitual Jens Voigt, que además ejerce de embajador de Zwift y al que no es extraño verle afrontando retos como recorrer 100 millas por las carreteras de la isla. Mención especial hay que hacer a la iniciativa del equipo femenino Canyon- SRAM -al igual que Sky cuentan con Wahoo entre sus patrocinadores-, que ha creado un programa de captación de talentos a través de Zwift, invitando a las chicas a participar en distintas actividades virtuales. Hemos charlado con el navarro de Sky Xabier Zandio, quién también ha estado utilizando Zwift y nos ha relatado su experiencia.

¿Habías probado antes una aplicación como Zwift?

 No, no lo había probado. A mí el rodillo nunca me ha gustado, pero he estado lesionado y no me ha quedado otro remedio que utilizarlo. Un amigo me habló de esto y la verdad es que se hace mucho menos tedioso. Al final, cuando vuelves a la carretera lo notas.

¿Qué te ha parecido?

Se hace muy ameno y es bastante real en general. Te pones a rueda, en los repechos se endurece, el meterte en los grupos... Echo de menos que haya más variedad de circuitos para que no sea siempre lo mismo. Como curiosidad, le dejamos probar a Imanol -Erviti- el circuito de Richmond, ya que él estuvo en el Mundial, y dijo que las sensaciones eran iguales a las de la carrera.

¿Crees que es posible llevar un buen plan de entrenamiento sólo con un rodillo de estos?

Para nosotros es un buen complemento y una buena herramienta para cuando hace mal tiempo o como en mi caso que he estado lesionado. Al final te deja un buen ritmo en las piernas que se nota cuando vuelves a la carretera. Pero al final hay que salir al mundo real. Para un cicloturista le puede valer de sobra. Tiene mucha variedad, te pones a rodar sin más, puedes hacer trabajos, meterte en una carrera o te picas con cualquiera que pase.

Entonces qué, ¿no cambias el mal tiempo del invierno navarro por el Zwift?

Me parece una buena idea que hace mucho más ameno el rodillo, pero es que a mí nunca me ha gustado hacer rodillo, prefiero salir a la carretera y montar en bici.