Algo tan elemental para nuestra seguridad como lo es ponerse el casco, no está exento de una metodología concreta. No nos cansamos de ver ciclistas con las correillas completamente destensadas o con la calota del casco totalmente desplazada hacia la nuca o tapándoles el campo de visión frontal.
Un casco está diseñado para cumplir su cometido cuando ha sido correctamente ajustado a la cabeza del ciclista y para ello, además de leernos el manual que suele facilitar el fabricante, donde se explica el accionamiento de los mecanismos de los diferentes ajustes de los que dispone, debemos seguir unas normas básicas, como las que se explican en el vídeo adjunto, confeccionado por el personal técnico de Bontrager.
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