Hace más de cuarenta años que el Tour de Francia no comienza con una etapa contra el reloj, exactamente desde el año 1967. Esta novedad, por muy insignificante que parezca, puede ser tremendamente relevante en el transcurso de la carrera y, cómo no, en su resultado final el día 27 de julio en París. Parece mentita que con las escasas diferencias que se sacan en un prólogo, cómo pueden marcar tanto el devenir de una competición. De todas formas este año lo vamos a ver: todo esto significa tensión.
Si analizamos las primeras etapas, más concretamente desde la primera en Brest hasta la quinta con final en Cháteauroux, podemos ver cómo los nervios y la consiguiente tensión van a gobernar el pelotón. A todo eso tenemos que sumarle que parten de La Bretaña que, como todo el mundo sabe, eso significa en mucha probabilidad de lluvia, frío y cómo no…. viento. Contado así parece que más que ver el Tour vamos a ver una peli de miedo. Pues no. Veremos como es tradición un espectáculo, sobre todo la primera etapa digno de una clásica de primavera. Una primera etapa con la victoria en juego y correspondiente primer maillot amarillo que se disputará sobre 197,5 kilómetros pero, como si fueran pocas las trampas de ésta jornada, una última de kilómetro y medio en ascenso para hombres de fuerza y apropiada para marcar las primeras diferencias.
Me imagino que todos os acordáis cómo en el Tour 99 se preparó una verdadera guerra mundial en el Paso de Gois. Hubo gente importante como Escartin, Zulle…. que perdieron seis minutos en meta y eso supuso un golpe de efecto tremendo en la primera victoria en el Tour por parte de Lance Armstrong. Todo iba bien hasta que bajó la marea y se encontraron con aquel paso húmedo y resbaladizo en el que mucha gente salió perjudicada moral y físicamente.
Como conclusión lo que vengo a decir es que en días como estos no se si merece la pena ser ciclista porque parece que tienes todo en contra, la tensión, la meteorología, el pingajillo que echa humo durante toda la etapa, caídas…… Mirando el lado positivo sólo son cuatro etapas, porque a partir de la crono de Cholet todo se tranquilizará un poquito y a partir de todo eso sólo queda antes de introducirse en el Macizo Central la etapa de Cháteauroux que todo apunta a que pueda ser la primera en consentir una fuga.
La crono de Chalet es una crono explosiva no muy exigente en cuanto a orografía pero en la que tendrán de tener cuidado con el viento. Se marcarán las primeras diferencias importantes y servirá para dentro de la locura de las cuatro primeras etapas ver también las verdaderas fuerzas de cada uno y sus respectivos equipos.
Podemos hablar de favoritos si queréis. Si permitís que me moje me gustaría que un corredor como Óscar sacaría provecho de la primera etapa y se vestiría de amarillo. A partir de Chalet cambiará la historia y los primeros espadas son los que cogerán el mando.
