El pasado 1 de septiembre tenía lugar en Praga la puesta de largo mundial del Škoda Enyaq iV, el primer vehículo 100% eléctrico del fabricante checo. Como no podía ser de otra manera en una marca que lleva el ciclismo en su ADN (antes de fabricar coches hacían bicicletas), Škoda reservó sus primeros modelos para un estreno por todo lo alto en el Tour de Francia.
En la 5ª etapa de la Grande Boucle, entre Gap y Privas, tres de los coches rojos de dirección de carrera fueron estos eléctricos, desde uno de los cuales el director de la ronda francesa, Christian Prudhomme, coordinaba todas las incidencias de la misma. Para ello, este SUV que se recarga en solo una hora y garantiza una autonomía de 500 km fue equipado como una amplia gama de tecnología para cumplir con su función de centro de control móvil para el gran patrón del Tour. Pintado de rojo, el Enyaq iV adaptado a las necesidades de carrera presentaba un techo de cristal panorámico, seis antenas, sirenas especiales, un refrigerador y un centro de comunicaciones de última generación en la parte trasera.
Esta equipación permitía transmitir información a cualquier otro vehículo de carrera, con lo que Prudhomme podía comunicar novedades, dar instrucciones y organizar el tráfico de los ciclistas y coches de equipos, así como mantenerse en contacto con los comisarios. Además, el Enyaq iV presentaba un chasis modificado que le permitía estar preparado para las duras exigencia de la carrera. La apuesta más ecológica de Škoda acompañó a los ciclistas del Tour en dos etapas más, la ya histórica contrarreloj individual de La Planche des Belles Filles -en la que Tadej Pogacar arrebató el liderato a Primoz Roglic-, y en la jornada final en París.
Un mes y medio después, el Škoda Enyaq iV volvía a ser protagonista en una gran prueba ciclista, la Vuelta a España, en la que hizo labores de coche de dirección durante la 13ª etapa (una contrarreloj de 33,7 km entre Muros y el Mirador de Ézaro), la 17ª, con la ascensión a La Covatilla como protagonista, y la 18ª, con final en Madrid.
También en esta ocasión se instalaron la tecnología y los equipos necesarios para que el director de La Vuelta -Javier Guillén- y los comisarios de carrera pudieran garantizar la coordinación fluida de la misma con los otros vehículos de la caravana. Ecológico, silencioso y de conducción suave, su interior espacioso y confortable también facilitó la labor de dirección de carrera. En el resto de las etapas de La Vuelta, las labores de coche de dirección las hacía un Škoda Superb iV híbrido enchufable.
El Enyaq iV, el primer automóvil de Škoda basado en la plataforma modular de propulsión eléctrica MEB, cuenta con numerosas combinaciones de tamaños de batería y potencia -que van desde 55 kWh a 82 kWh-, de manera que con una sola carga puede conseguir una autonomía de hasta 510 km en el ciclo WLTP, lo que lo convierte en una interesante opción para viajes de larga distancia. Aquí puedes conocer más detalles técnicos de este SUV que llegará a los concesionarios de nuestro país en la primavera de 2021.
Por primera vez una prueba ciclista ha tenido un vehículo oficial 100% eléctrico, en lo que es una clara apuesta de Škoda por la sostenibilidad medioambiental y las opciones eléctricas de movilidad dentro y fuera de las competiciones ciclistas. Un paso hacia el futuro y una apuesta ecológica que ha tenido su puesta de largo en el mejor escenario imaginable, el Tour y La Vuelta, dos de las mejores carreras ciclistas del panorama internacional. Un hito más de Škoda dentro del mundo del ciclismo.
Caravana ciclista
Škoda lleva muchos años apoyando el ciclismo y sus más importantes carreras. Desde 2004 es coche oficial del Tour de Francia y desde 2011 de la Vuelta a España, además de patrocinar el maillot verde de la regularidad en ambas pruebas. Y también apoya otras competiciones ciclistas internacionales, ya sean profesionales o amateurs, como la Titan Desert, la gran carrera del desierto que este año se ha disputado de manera excepcional en Almería -por la pandemia- coincidiendo en fechas con la Vuelta a España.
Dentro del ecosistema de una gran vuelta ciclista los coches de carrera son un elemento fundamental para el correcto devenir de la competición. En una prueba como la Vuelta a España cerca de un centenar de vehículos forman parte cada día de la caravana de carrera, y todos ellos tienen un orden y funciones establecidas dentro de la misma. Entre ellos se encuentran los coches de dirección; los de los comisarios -cuatro, distribuidos a lo largo de la carrera-; vehículos de asistencia neutra, que dan apoyo a los ciclistas; vehículos médicos, de prensa y de invitados oficiales; los de los equipos, dos por cada formación, cuyo orden viene condicionado por la clasificación general; y otros vehículos de la organización, como los que encabezan y cierran la carrera junto a agentes de la autoridad, los que realizan funciones de cronometraje y juez de llegada, etcétera.
Škoda proporciona una flota de 70 vehículos a la organización de La Vuelta, la mayor parte de los cuales son de asistencia. Entre todos ellos se incluyen los Enyaq iV eléctricos de color rojo (de dirección de carrera y de los comisarios), además de Combis Škoda Octavia y Škoda Superb. De este último modelo son la flota de los conocidos vehículos de apoyo neutro de Mavic, de color amarillo, que siempre están disponibles con neumáticos de repuesto, cadenas, bicicletas completas u otros accesorios para asistir a los ciclistas que sufren algún percance mecánico y no cuentan con sus coches de equipo cerca. Todos estos vehículos recorren aproximadamente medio millón de kilómetros en cada edición de La Vuelta, y no se ha reportado ni un solo fallo mecánico en los diez años que la marca checa lleva como suministrador de los mismos.
Škoda, motor del ciclismo
Škoda se ha convertido en el coche del ciclismo por excelencia. No es casualidad que la gran mayoría de los equipos profesionales sigan las carreras con los modelos Superb y Superb Combi. Esto se debe a sus cualidades: dureza, fiabilidad y una habitabilidad y espacio interior ideales para afrontar sus necesidades durante una prueba ciclista. Y es que en carrera estos coches de equipo –que habitualmente ocupan tres personas- van cargados de bicicletas, ruedas, neveras con agua y bebidas isotónicas, algo de ropa de abrigo por si la necesitaran los ciclistas, etc
No es fácil para un vehículo dar la talla en una prueba ciclista de esta exigencia. Por eso, los equipos no eligen cualquier compañero de ruta para realizar cerca de 3.000 kilómetros a bajas velocidades (entre 35 y 45 km/h de media en cada etapa, aprox, según su perfil), transitando en ocasiones por carreteras complicadas y en condiciones adversas, con vertiginosos descensos o ascendiendo a la velocidad de los ciclistas puertos tan duros como el Angliru, con rampas de hasta el 23% de desnivel que ponen a prueba la fiabilidad de cualquier motor… Y todo ello con la tensión de carrera que obliga a súbitos acelerones o parones para asistir a un ciclista o hacer un rápido cambio de bicicleta. Toda una prueba de “estrés” para cualquier vehículo que requiere de modelos duros, fiables y preparados para dar el máximo en cualquier condición.
Y también los cicloturistas tiene en Škoda una opción ideal para disfrutar de su pasión por la bicicleta, gracias a sus amplios maleteros, opciones de tracción en las cuatro ruedas –para transitar con mayor seguridad por cualquier terreno-, asientos VarioFlex, accesorios como portabicicletas y guardabarros, y conectividad completa con mapas y aplicaciones para disfrutar más del ciclismo.
Y es que para ŠKODA, el coche y la bici son un binomio natural y necesario. Además, para todos los amantes del ciclismo la marca checa tiene el sitio web We Love Cycling en el que encontrarán interesantes contenidos que impulsan el uso de la bicicleta a todos los niveles (deportivo, urbano, familiar…) como medio para conseguir un estilo de vida más saludable.