Seguro que conoces a más de un cicloturista que, animado por su excelente rendimiento en las marchas que participa, se siente atraído por comprobar sus prestaciones en competición. Como dice el refrán, sería pasar de cabeza de ratón a cola de león. Y en muchas ocasiones se acaba en el limbo porque ni se llega a terminar las carreras. ¿Y cómo puede ser que vaya como un misil con la grupeta, en las marchas cicloturistas ruede siempre delante y sin embargo en las primeras participaciones en competición me las veo y me las deseo para finalizar? Todo tiene su explicación fisiológica y, más allá de la colocación en carrera, tácticas y estrategias, para competir se deben reunir unas condiciones que, aunque pueden ser innatas en algunos casos, habrá que depurar, principalmente a través del entrenamiento. A continuación vamos a intentar aclarar por qué se puede dar esta circunstancia. SENTEMOS LAS BASES En un principio todos somos iguales y debemos disponer de un plan de entrenamiento que se adapte a nuestras circunstancias, lo que sería aplicar el principio de individualización. Aquí podemos incluir la disponibilidad, la edad, la actividad laboral, el sexo y las aptitudes. Un factor que afecta al proceso de recuperación es la edad, circunstancia que se acentúa con el paso del tiempo y puede obligar a planteamientos más conservadores. Aunque se mantenga la intensidad, las recuperaciones quizá deberían ser mayores. Así, es más importante realizar un entrenamiento adecuado porque ello garantiza un nivel de forma superior, unas recuperaciones postesfuerzo más rápidas y mejores. Otro factor en la individualización del entrenamiento es la actividad laboral. No es lo mismo un horario de oficina en el que puedes estar sentado y además disponer de las tardes para entrenar, que una profesión que implique gran esfuerzo físico, pasando muchas horas de pie y con cambios de turno continuos. En este último caso habría que tener en cuenta los horarios de trabajo para adaptar la exigencia del entrenamiento. Un entrenamiento que no se adapte a las exigencias de las rutinas diarias puede conseguir que nuestra afición se convierta en una obligación y ese no debería ser el objetivo. Respecto al sexo, la mujer va a depender del ciclo menstrual a la hora de planificar sus entrenamientos. Aunque en este sentido, los síntomas de cómo puede verse afectada son muy variables e individuales. Por último, atendamos al nivel del ciclista. Si dispones de aptitudes para la práctica de este deporte, como un elevado consumo de oxígeno y una relación W/kg óptima, tienes mucho ganado, pero no lo es todo. En algún artículo ya hemos hablado de la resistencia a la fatiga, donde queda claro que si tienes una gran relación peso/potencia en la salida pero con el paso de los kilómetros mengua por la fatiga, el rendimiento en general se ve muy mermado. APTITUDES Llegados a este punto, nos centraremos en las aptitudes que se requieren para las diferentes formas de practicar el ciclismo. En otras palabras, vamos a ver el quid de la cuestión: - Cicloturismo. Sabemos que no es una modalidad competitiva, por mucho que en numerosas ocasiones nos lo tomemos así. Casi siempre se convierte en un reto contra uno mismo con el fin de superarse cada temporada y poder disfrutar más de esta práctica. - Competición. Aquí no queda otra que sufrir en muchos momentos, ya no sólo pensando en ganar sino simplemente para aguantar en un pelotón que rueda muy rápido. Es cuestión de supervivencia. ¿La diferencia más destacable entre ambas modalidades? Todos los que compiten pueden tomar parte en una prueba cicloturista e incluso hacerlo con buena nota, mientras que no todos los cicloturistas son capaces de participar en una competición. La respuesta tenemos que buscarla en la fisiología y en el metabolismo individual de cada ciclista. En función de lo que practiques, los requerimientos metabólicos y las adaptaciones que generes serán completamente opuestas. Por lo tanto, los entrenamientos pueden llegar a ser muy distintos, salvo, como siempre, la base de inicio. Si el ciclista tiene un nivel importante, con ciertos matices, pero el principio de la temporada debería ser igual para todos. Sin embargo, el planteamiento cambia bastante una vez entramos en entrenamientos específicos. - Marchas cicloturistas. Predomina la vía de la fosforilación oxidativa -lo que denominamos como sistema aeróbico-. Sustrato utilizado: glucosa y ácidos grasos. - Competición. Predomina en la misma la vía de los fosfágenos y glucolítica -vía anaeróbica aláctica y láctica-. Los sustratos utilizados son fosfato de creatina, glucosa y lactato. Conocer qué metabolismos se ven implicados en cada práctica es fundamental porque marcarán la hoja de ruta a la hora de entrenar en el periodo específico. Un cicloturista que entrene determinadas cualidades físicas que incidan en la mejora de su capacidad anaeróbica verá perjudicado su progreso en su capacidad aeróbica. Lo mismo ocurriría en un ciclista que compite; incidir en la mejora de su metabolismo aeróbico puede perjudicar su metabolismo anaeróbico. Hay cierto margen de maniobra en este último caso, pero llegado un punto es lo que sucederá. Vamos a ver un caso real de dos ciclistas sin apenas diferencia en sus respectivos FTP: Ciclista 1 - 357 W con 68,3 kg: 5,2 W/kg Ciclista 2 - 349 W con 68 kg: 5,1 W/kg ¿Tendrían las mismas oportunidades en una marcha cicloturista y en una competición? En una prueba cicloturista, donde el ritmo es más sostenido, tendría mayores opciones el primer ciclista por escaso margen, ya que su relación potencia/peso es ligeramente superior. Aunque al final de la prueba, al ser tan pequeña la diferencia entre sus respectivos umbrales, el que mejor resistencia a la fatiga tuviese sería el que contaría con mayores opciones. Sin embargo, en una competición no vamos a poder saber quién destacaría de los dos con los datos del FTP. La clave está aquí, como se puede apreciar en la gráfica superior: Ciclista 1 - 788 W en 1': 10,9 W/kg Ciclista 2 - 493 W en 1': 6,8 W/kg Los W/kg reflejados son según su curva de potencia y no en relación con su mejor registro en dicho tiempo (1'). Todo ciclista dispone de su perfil de potencia. Aquella desarrollada en un minuto es la que define la capacidad anaeróbica del ciclista. Las gráficas expuestas representan la contribución aeróbica y anaeróbica para cada punto de la curva de potencia del ciclista. En otro artículo ya explicaremos cómo se genera la curva de potencia de un ciclista. Con los datos de ambas gráficas, el ciclista 2 tiene 493 W en 1', de los que 178 W proceden de su sistema anaeróbico y 315 W de su sistema aeróbico. La suma de ambos refleja los 493 W. Este ciclista tendría una capacidad anaeróbica muy mediocre. Sin embargo, el ciclista 1 con esos 788 W en 1' estaría en unos valores de potencia propios de corredores del World Tour. Con estos datos traducidos o trasladados a una competición, podemos deducir que, prácticamente con el mismo FTP, el ciclista 2 se quedaría del grupo a las primeras de cambio y veremos por qué. Vamos a hacer spoiler y ya te anticipamos que de los dos, el ciclista 1 compite en categoría élite y el ciclista 2 es un cicloturista que sólo participa en marchas. CAPACIDAD DE RESERVA FUNCIONAL (FRC) Define la capacidad que tiene un ciclista para desarrollar trabajo por encima del FTP sin que aparezca fatiga y pérdida de potencia. Para cuantificar esta métrica se utilizan los kilojulios. Cada ciclista dispone de un determinado número de kilojulios para gastar por encima de su umbral. La genética tiene mucho que decir, pero con un entrenamiento específico podemos aumentar esta capacidad. Veamos la capacidad de reserva funcional que tiene estos dos ciclistas. Ahora, conociendo estos valores, observemos abajo la gráfica -creada por Gabriel Della Mattia- de una competición en la que participó el ciclista élite. La línea fucsia indica su FRC, que una vez se inicia la competición cae en picado porque los picos de potencia superan en muchos momentos su FTP y pierde capacidad anaeróbica. Se podría decir que va consumiendo la pila de la que dispone para trabajar por encima de él. El círculo de la gráfica de este ciclista ya se había quedado en 10 kJ de FRC -había perdido 20 kJ del valor inicial- y a los 13' desciende a 4 de FRC. El cicloturista, con una FRC de partida de 10,7, se habría descolgado a las primeras de cambio porque lo hubieran sacado de punto. Ambos ciclistas estarían a un gran nivel en una cicloturista, pero a nivel competitivo el ciclista 2 tendría poco que hacer debido a su baja FRC, mientras el ciclista 1 podría desenvolverse mejor porque su FRC es muy elevada. Este análisis se podría ampliar con más datos, pero sería lo básico para plantearse competir. Con el entrenamiento, lo ideal sería encontrar un equilibrio entre un aumento del FTP y al mismo tiempo de la FRC. Pero una vez encontrado ese equilibrio, los entrenamientos específicos para incrementar la FRC ocasionarán un descenso del FTP. Lo mismo podemos decir a la inversa; realizar entrenamientos específicos para competir provocará que el FTP descienda en beneficio de la FRC. Dependiendo del metabolismo que se vea implicado en la cualidad que entrenes, tendrá un coste/beneficio. CUALIDADES FÍSICAS A ENTRENAR Debes tener en cuenta que estas zonas son teóricas en base al FTP y a la frecuencia cardiaca máxima real. Para ello deberían estar bien calculadas ambas referencias, algo que es fundamental. En el caso de la potencia, las zonas pueden estar personalizadas en base a la fisiología, aunque para ello sea imprescindible un análisis de datos. En este caso se afina muchísimo más la preparación. Si se trata de frecuencia cardiaca, la mejor forma de establecer las zonas es aplicando los umbrales resultantes en una prueba de esfuerzo.