Los más aficionados al ciclismo que no se pierden ni una sola carrera desde que dan comienzo las primeras clásicas de primavera, seguro que en la pasada edición de la París-Roubaix Femmes no pasaron por alto que su ganadora, Elisa Longo del Trek Segafredo, se alzó con la victoria montada en una bici que no se correspondía con ninguna de las existentes hasta entonces en el catálogo de Trek. No podía ser otra que la evolución de la Domane, el modelo con un enfoque Gran Fondo predominante, pero que es compatible con usos que van un poco más allá del asfalto.

Hoy se ha dado a conocer la que es la cuarta generación de la Domane –en el lanzamiento de la primera en el 2012 Fabian Cancellara ganó la Strade Bianche, una curiosa coincidencia-, una bici que encontramos en las tiendas en las versiones SL y SLR, idénticas pero con cuadros de diferente carbono y a las que se suma una versión RSL más Racing con una geometría y detalles diferentes.
Un IsoSpeed más rápido
Nada más ver la bici lo primero que llama la atención es el rediseño casi completo, ahora con una estética más sencilla y directa y que llega a recordar un poco más a su hermana escaladora Émonda, consecuencia de que la rótula IsoSpeed de la dirección ahora ha desaparecido por completo. Uno de los motivos principales por los que Trek ha sometido a esta bici a ese cambio ha sido la búsqueda de una mayor ligereza, por lo que han decidido sacrificar la complejidad añadida del IsoSpeed en la zona delantera.

Y de paso, el guiado y enrutado de los cables también se ha simplificado, con acceso ahora por encima y delante de la dirección y a través de su cazoleta superior. Adiós por tanto a la característica curva que describían antes los cables y latiguillos desde la potencia hasta la parte posterior de la dirección, y que quedaba muy a la vista.

Para que esta integración de formas sea máxima, se ha recurrido a una potencia convencional –en lugar de apostar por un conjunto manillar/potencia de una sola pieza- pero con unas líneas concretas, en la que un semi carenado continúa la forma de los espaciadores de la dirección, con lo que los cables se camuflan a la perfección. Esta potencia en principio solo estará a la venta con una altura de -7 y +7 grados.

En esta zona delantera especialmente, encontramos unos perfiles conocidos de sus otras bicis más Racing como son la Émonda mencionada o la recién presentada, Madone aero, con varias secciones con forma de gota de agua con la cola recortada –lo que ellos llaman Kamma Virtual Foil-, que además de ser un perfil con beneficios aerodinámicos también cumple con la función estructural de mejorar la rigidez.

Pero dejando de lado la parte delantera, el triángulo trasero también esconde varias novedades. El IsoSpeed en esta zona se mantiene, pero cambia por completo. Ahora deja de estar totalmente centrado sobre el tubo de sillín, y por tanto en su intersección con el tubo superior, para pasar a ubicarse un poco más adelantado y sobre este último. Por este motivo durante su presentación los ingenieros de Trek han hecho referencia a él como “top tube IsoSpeed”.
Esta revisión del funcionamiento del IsoSpeed se ha hecho por motivos de peso, ya que ahora al integrar el propio cierre del sillín en su cuerpo ahorra volumen y gramos, pero no solo ha sido por ese motivo. La nueva configuración elimina algunas limitaciones del sistema previo, en la que cuanto más pequeña era la talla del cuadro menos eficaz era el IsoSpeed debido a la menor flexión de los tubos más cortos, sometidos también a una menor deformación como consecuencia de un ciclista más liviano. En el nuevo diseño, al estar unido al tubo superior que es más largo y ofrece más margen para controlar su flexión, se puede desarrollar un funcionamiento equivalente entre las distintas tallas sin que las más pequeñas pierdan parte de su eficiencia.

Una de las consecuencias del nuevo IsoSpeed es que ahora se pierde la posibilidad de regular la dureza del sistema mediante el deslizador longitudinal que incorporaba en ediciones anteriores.

El cierre de sillín por tanto queda oculto bajo una tapa que va encajada junto al IsoSpeed y a su vez asegurada por unas sujeciones magnéticas, y que cuando retiramos todo encontramos un tornillo M6.

La tija de sillín es otro de los aspectos que cambian por completo, dejando atrás ese diseño de tija semi-integrada con el cuadro que ha acompañado a este modelo en los últimos años, y lo hace para tomar un diseño de tija más convencional. Aunque en la nueva versión utiliza un modelo propio con perfil en “D” más aerodinámico que antes y se ha reducido el grosor total buscando una flexión extra y con ello colaborar junto al IsoSpeed a la hora de filtrar las vibraciones del terreno.

El espacio de almacenamiento bajo el portabidón del tubo principal se mantiene, para poder guardar todo tipo de objetos o prendas, al igual que las roscas para poder instalar guardabarros tanto en la horquilla como en el cuadro. Y la nueva incorporación haciendo un guiño a las rutas más aventureras, e incluso al gravel o bikepacking, es el soporte sobre el tubo superior, por detrás de la dirección, para poder instalar una bolsa extra de almacenamiento.

Y es que, tal y como sucedía en la Domane anterior, si bien prioriza el rendimiento en carreteras y el gravel no es su objetivo principal, para ello ya cuentan con la Checkpoint, la Domane gracias a la absorción del cuadro, su geometría algo más larga de ejes y estable y a la selección de componentes, permite poder rodar por caminos de tierra con suficiente soltura y sin que tengamos que preocuparnos por la integridad de la bici.

Por este motivo el paso de rueda máximo que admite es de 38 mm (35 mm en caso de llevar instalados los guardabarros), con lo que tenemos cierto margen para poder hacer que la Domane tenga un comportamiento más cómodo y con mayor capacidad más allá del asfalto.
Dos versiones… y una sorpresa
La nueva Domane se pone a la venta en dos versiones que son exactamente idénticas salvo en el material que compone sus tubos. La versión SL, la más económica, está fabricada con carbono OCLV 500, mientras que las versiones SLR, de mayor factura, recurren al OCLV 800.
La rebaja de peso del cuadro respecto a la Domane anterior son de hasta 300 g en la SL y de nada menos que hasta 700 g en la SLR. En la SL han anunciado un peso de 2,5 kg (cuadro y horquilla en talla 56), mientras que de la segunda Trek aún no han publicado su peso.

A modo de orientación, los pesos de las versiones SL montadas oscilan entre 8,26 y 8,93 kg, mientras que en las SLR van de 7,25 en la más ligera a 8,38 kg la menos ligera, todos en talla 56 cm, con horquilla y juego de dirección.

Aunque teniendo en cuenta la visión más deportiva y Racing del concepto Gran Fondo que se suele tener en muchos países, especialmente en los que siempre tienen en el horizonte la inspiración de las carreras como es el nuestro, Trek ha lanzado una Domane con un enfoque más “vivo” y donde el rendimiento cobra más importancia, la versión RSL (Racing Shop Limited). Se trata de una versión de la que por ahora solo se pondrá a la venta el kit de cuadro y horquilla, y que incluye bastantes diferencias respecto a las SL y SLR.

Seguro que ya lo has acertado, se trata de la versión similar a la que ha usado el equipo Trek-Segafredo en las carreras de pavé y sterrato, y ganadora de la París-Roubaix Femmes 2022, y su principal características es que la geometría pasa de ser Endurance (resistencia) como en sus hermanas SL y SLR a la ya conocida H1.5 como la que vemos en Émonda y Madone, lo que significa que cuenta con una dirección más corta y en general un tubo superior más bajo, y es más vertical de dirección.

Por poner algunos ejemplos, en talla 56 la dirección pasa a ser casi 5 cm más corta (de 17,5 a 12,9 cm), el ángulo de dirección casi 1 grado más vertical (de 71,9 72,8 grados), es 6 mm más larga de tubo superior (de 55,4 a 56,0 cm) y el Reach es nada menos que de casi 2 cm más largo (pasa de 37,7 a 39,5 cm).
A nivel estructural difiere en otros aspectos como el paso de rueda, que está limitado a 35 mm, y al tener un enfoque más orientado a las carreras prescinde de las roscas para guardabarros y la bolsa del tubo superior y sobre todo del compartimento de almacenamiento en el tubo principal. Esta última modificación les permite ahorra 100 g de peso respecto al cuadro SLR.

El cuadro de esta RSL lo encontramos solo fabricado en carbono OCLV 800, y el peso declarado por Trek es de 1,60 kg (talla 56). Por ahora se va a poner a la venta solo como cuadro suelto y se fabrica solo en 5 tallas (de la 52 a la 60 cm), mientras que SL y SLR se ofrecen en nada menos que 9 tallas (de la 44 a la 62 cm).
Montajes y precios
Trek pone a la venta un total de 5 montajes para las Domane SL y otros 6 para las SLR, además de la opción de adquirir los cuadros sueltos y de las personalizaciones Project One. Estos son los precios anunciados en el lanzamiento:
Versión SL:
Domane SL 5. 3.499 €
Domane SL 6. 4.999 €
Domane SL 6 eTap. 5.299 €
Domane SL 7. 6.999 €
Domane SL 7 eTap. 7.699 €
Cuadro Domane SL Disc. 2.999 €
Versión SLR:
Domane SLR 6 P1. 7.499 €
Domane SLR 6 eTap P1. 7.999 €
Domane SLR 7 P1. 9.999 €
Domane SLR 7 eTap P1. 10.499 €
Domane SLR 9 P1. 12.999 €
Domane SLR 9 eTap P1. 13.999 €
Cuadro Domane SLR Disc. 4.999 €
Cuadro Domane RSL. 4.999 €
Más información en www.trekbikes.com