Alejandro Valverde: "He tenido una carrera espectacular, mucho mejor de lo que pensaba"

Es un otoño raro porque esta charla se hace en manga corta y aún hace falta el aire acondicionado, el gran enemigo de los ciclistas. Cada poco tiempo, entre preguntas, afirmaciones, bromas de las suyas y recuerdos, a Alejandro Valverde le azota un tembleque. "¿Ya han vuelto a enchufarlo?", y se tapa hasta la cabeza con la chaqueta que ha traído en la mano. Sigue actuando como un ciclista porque todavía se siente como tal. Eso probablemente no cambie nunca, "como las ganas de continuar machacándome, de hacer marchas y gravel, que me llama mucho". Porque en el fondo sigue siendo el mismo, 21 años y 133 victorias en su palmarés después. "¡Aunque ahora tengo menos pelo!", dice entre risas. "Pero con casco y gafas no se nota". Y así seguirá, igual que su ilusión por lo que es su vida, la bicicleta, intacta. EX - Ciclismo a Fondo: Qué raro suena que ya seas un exciclista. - Alejandro Valverde: Sí, esta es mi primera entrevista así. Suena raro, sí. Pero en la concentración del equipo aún me he sentido ciclista. Estaba con los compañeros igual que cuando lo era. Me metí también en las reuniones de directores. Prácticamente con todos. Lo veo incluso con mejor perspectiva que en años anteriores. Me he colado en todas partes. En la mesa me he sentado con los ciclistas para comer y cenar. Me gusta cómo está siendo. - ¿Te refieres a la sensación que tienes? - Sabía que no iba a ser mala, pero está siendo aún mejor de lo que esperaba, creo que por cómo me he retirado. El final de año ha sido tan bonito, como yo quería. El año pasado no hubiese sido así. Me siento más seguro después de haber terminado de esta manera, es la confianza interior. Seguramente es porque lo he elegido así y ha salido clavado. No sabía cuál iba a ser realmente mi función y en la concentración lo hemos descubierto, veo dónde puedo estar. - ¿Dónde? - Estando 3-4 días en el Giro, en el Tour y en La Vuelta. Ir a varias carreras y a concentraciones en altura con los compañeros. Los de los cascos, las zapatillas y la ropa me han hecho todo a medida como si estuviera corriendo. Y deseo seguir montando en bici. Gravel quiero hacer, me gusta. Me veo participando en alguna competición porque el nivel que tengo todavía es muy bueno y el que conservaré el año que viene, también. Para disfrutar y al mismo tiempo quitarme el gusanillo de no pasar de todo a nada. Ya hay Campeonatos del Mundo, marchas... Igual que contamos con un eMovistar puedo servir para esa función como ha hecho Verona. El marketing mueve mucho y puedo venir bien en eso. Lo mismo con el acuerdo que se ha firmado con la Federación Saudí. Para enseñar a los niños, la cultura que aquí tenemos de deporte y ciclismo. Tengo un montón de cosas. - ¿Se va a cumplir entonces lo que tú querías hacer? - Exactamente. He pasado por todas las épocas del ciclismo, que vayan aprendiendo los jóvenes. Contarles cosas mías. Sólo por el hecho de que yo esté aquí veo a los compañeros supercontentos. Campeón de España. En Cáceres obtuvo en 2015 el tercero de sus cuatro títulos nacionales por delante de Carlos Barbero y Jesús Herrada. - ¿Entonces a partir de ahora saldrás a entrenar o a andar en bici? - Es que andar en bici en Murcia con mi grupeta es complicado (ríe). Para eso tengo que salir solo. Y tampoco. El otro día salí con mi hermano, ir hasta la playa y volver. Le dije que cargara la bici a tope y saliendo de mi casa, no venir desde más lejos que te quedas sin batería, porque íbamos a rodar rápido. Pues a toda hostia. Y faltando 20 km para casa se quedó sin batería, aunque había pasado lo más duro y pudo continuar pedaleando. Media de 39 km/h. - Eso no va a cambiar. - De momento no. Llegará un día que sí porque tienes que bajar el pistón, porque no habrá necesidad. Pero es que yo quiero salir a machacarme. No será todos los días, pero sí. Mi entrenamiento, mi ducha y me quedo a gusto. - ¿Qué crees que echarás de menos? - Cuando se empiece a competir seguro que tendré esa cosilla de pensar que me encuentro todavía bien y que podría estar corriendo. Pero creo que será al principio, luego ni eso. - ¿La adrenalina de la competición? - Esa me la puedo quitar haciendo algo de gravel, alguna marcha. Gloria en Innsbruck. A punto de coronar Höttinger Höll, el tremendo muro que conducía a la meta del Mundial. - Para alguien que está acostumbrado a marcarse retos, algo mentalmente muy estimulante, ahora que se acaba, ¿qué? - Tenía ganas de que eso terminase, porque son muchos años pensando en preparar objetivos y estás todo el rato dándole vueltas a dónde tienes que estar bien y eso quema. Quiero seguir entrenando igual, pero sin esa obsesión, esa sensación que me ha pasado a veces de ver que no te encuentras igual de bien en algún momento y empiezas a comerte la cabeza. Eso no lo voy a echar de menos. Quiero buscar un reto sin la presión que tenía detrás, tantos ojos pendientes de mí, el equipo, la afición y yo mismo. Ahora sólo rendiré cuentas conmigo. - ¿Cómo era el Alejandro que subió a profesionales en 2002? - El mismo que ahora, con ilusión. Lo que desconocía era que iba a conseguir nada comparado con lo que he logrado. Sabía que podía ser un buen corredor. Era un niño, 22 años. La gente me decía que podía hacer algo grande, pero hasta que llegas a pro no lo sabes. La primera temporada hice cosas bonitas y la segunda ya era otro Alejandro. - ¿Y cómo es el que lo deja ahora? - Un Alejandro que lo ha conseguido todo, que ha disfrutado con todo lo que ha hecho y que se va del ciclismo profesional mucho mejor de lo que pensaba. Mejor incluso de lo soñado. Ahora soy padre de familia numerosa ¡y tengo menos pelo! (ríe). Pero con casco y gafas no se nota. Las mujeres mayores cuando me ven de ciclista me dicen: ¡pero si eres un crío todavía! Leyendas sonrientes. Con su compañera Annemiek van Vleuten, que estirará un año más que él su carrera deportiva. DÜSSELDORF PEOR QUE LA SANCIÓN - ¿Cuál ha sido el peor momento de tu carrera deportiva? - La caída en la contrarreloj de Düsseldorf, porque pensaba que no volvería a correr. Eso mucho más que la sanción que para mí supuso casi un alivio. Llevaban tanto tiempo ya persiguiéndome... Me levantaba cada mañana, leía el periódico, Internet y todo era incertidumbre. A ver qué pone, a ver qué publican, si me van a dejar competir. Salía a entrenar sin motivación alguna porque no sabía cuándo me iban a prohibir correr. Hasta que ya me sancionaron y dije: ¡qué gusto! Porque sabía que regresaría. Y además ese tiempo lo aproveché y lo disfruté mucho. - ¿Cambió tu forma de ser durante ese periodo sancionado? - Ahí vi cómo sería mi jubilación. Disfruté mucho esos dos años. Me liberé del machaque mental que arrastraba y eso que seguía ganando mientras estuve compitiendo. De hecho, la última que me quitaron fue Romandía, que al poco me sancionaron. A mí no me importaba con tal de que me dejaran tranquilo. Aquellos dos años descubrí la playa, a la que nunca iba pese a tener casa desde hacía un montón de tiempo. Pensaba que allí no podría entrenar y resultó todo lo contrario. A partir de entonces, terminaba el Tour cada año y nos íbamos a la playa. - Al final resulta que te hicieron un favor con aquella sanción. - Si te soy sincero, sí. Perdí año y medio de competir, dos años de resultados, pero me ha permitido ser mejor ciclista y disfrutar más de la bici y de la vida. - ¿Así que ni esto se compara a Düsseldorf? - No, claro que no. Porque tenía que ir a juicios y estaba con la mente en tensión de qué iba a pasar, pero pensar que acababa mi carrera deportiva fue ahí, en esa crono del Tour. Cuando me intenté levantar tras la caída y vi cómo estaba la pierna me dije: tírate al suelo otra vez y que vengan a por ti; esto se ha acabado. Esos meses fueron muy duros, de mucho trabajo. Sabía que si quería recuperarme del todo debía hacerlo bien. Tuve mucha suerte con la operación y la posterior rehabilitación. Gracias a todos los que estuvieron a mi lado, desde Paco Esparza, a Antonio, Nuria, los fisios... - ¿Tu fortaleza mental también fue importante? - Sobre todo las primeras semanas. No podía ni subir las escaleras al ir a la rehabilitación. Estaba reventado. Por las mañanas desde las nueve y media hasta la una y por las tardes, desde las tres y media hasta las ocho. Así cada día. Y todo el rato era estar tumbado en una camilla. Hicimos una terapia sin dolor, poner agujas, intentar despegar la cicatriz, magnetoterapia y mucho masaje. Luego intentar andar, levantar la pierna, porque se había olvidado de todo. Estaba acostado, me decían que la levantara y no podía. Era un inválido Segunda Flecha. En 2014 se impuso en el Muro de Huy doblegando a Dan Martin y Michal Kwiatkowski. Conquistaría tres más. - ¿Eso mentalmente es una noria?, ¿tan pronto estás arriba como de bajón? - Tuve momentos así, pero Paco Esparza ya me dijo que debía estar muy ocupado para no comerme la cabeza para llegar a la noche reventado y dormir bien. Fíjate lo que me hubiera perdido si ahí se hubiese acabado todo. Lo he pensado alguna vez, sobre todo el Mundial. - La carrera de un deportista para ser tan larga no es únicamente una cuestión de físico. Se necesita una mentalidad fuerte para gestionar todos los momentos, los de euforia pero también los malos. - Eso también forma parte de que haya llegado a ser tan longevo. Haber sabido relativizar todo, olvidar los problemas y mirar siempre hacia adelante. Mira, muchas anécdotas que me recuerdan yo ni las tengo en mente. Igual ahora que me he retirado me vienen. Han sido tantos años, experiencias, tantas cosas buenas y malas... Nunca me he quedado detenido en un momento. - ¿Pero qué pasa cuando sobreviene una depresión? Porque a ti te ha pasado. - La vida te puede sin darte cuenta. Me preguntaba: ahora que he pasado la sanción, que he conseguido ganar, que lo tengo todo, ¿por qué me viene esto a mí? - ¿Y por qué? - La cabeza. Todo lo que había pasado, no sólo los últimos dos años, ya cuando empezó el jaleo y el runrún de que me iban a sancionar, la incertidumbre. Todo eso lo vas guardando y pasando. Cuando te liberas, el cuerpo te da el latigazo. Es como hacer una gran vuelta; llega un momento que no vas a más en cuanto a cansancio, aguantas. El bajón te pega el martes o miércoles después de haber acabado cuando el cuerpo se relaja. Estás muerto. Pues esto fue igual, pero mentalmente. Explosión temprana. Se consagró con el Kelme en su segunda grande, la Vuelta a España 2003, subiendo al podio final. - ¿Qué sucede? - Empecé en la Volta a Catalunya. Sentía que me mareaba y tenía miedo. Me montaba en el coche y no podía coger la autovía porque temía marearme y no poder parar. Iba por carreteras nacionales y veía que tenía algo más de control sobre mí, pero casi siempre me llevaban. Acababa viniendo Natalia a por mí. Necesitaba estar siempre acompañado. Y en la bici igual, en las bajadas que cogía más de 80 o 90 km/h me preguntaba: ¿y si me mareo ahora? Empecé a frenar. Tenía pánico, no estaba bien. Me sentía triste. Fui al psicólogo y salí peor porque indaga en la herida. - ¿Cómo se sale de ahí? - Acudí al psiquiatra porque pensé que había que ir a la raíz. A lo bestia. En cuanto le dije lo que me pasaba, que están acostumbrados, no tuvieron más que verme. "Tranquilo, sé lo que tienes. Tómate esto y hacia adelante. Estarás raro siete u ocho días, pero a los quince notarás la mejoría". Y así fue. Había perdido el control de mi cabeza y de mi cuerpo. Y nada te alegra. Recuerdo que después de ese tratamiento fui a las clásicas. En la Amstel Gold Race no podía meter el manillar, ni estar delante. LA NECESIDAD DE GANAR - Para alguien como tú que está acostumbrado a ganar, ¿la victoria se torna en necesaria? - Es una necesidad. Lo que pasaba es que yo ganaba mucho y cuando empecé a vencer menos, te acostumbras. Con ganar una o dos veces al año, te sacias. Pero sí, es necesario. No me gustaba nada la sensación de estar un año entero sin levantar los brazos. - ¿Cuál ha sido el secreto de tu longevidad? - Disfrutar. Siempre me he cuidado mucho, pero nunca he tenido que sufrir una barbaridad para ser un buen corredor. - ¿Qué ves si echas la mirada atrás? - Que ha sido una carrera espectacular, mucho mejor de lo que pensaba. No cambiaría nada, ni siquiera haber ganado el Tour porque creo que no hubiera cambiado nada. La gente me va a recordar igual. Último podio en una grande. Luciendo el arcoíris junto a Primoz Roglic, el único que le superó en La Vuelta 2019. - ¿Y cómo crees que te recordarán? - Creo que bien, como un corredor que ha dado el máximo desde que empezó hasta que ha terminado y que ha hecho disfrutar al aficionado todo lo que ha podido. Siento que la gente me tiene un cariño especial. - ¿Qué te ha dado el ciclismo? - Todo lo que tengo. Saber estar, una forma de vida y una personalidad porque desde joven tomé este camino y no otro. Soy quien soy gracias a este deporte. "Podría seguir perfectamente un año más" No es fácil dar con quién ha sido el rival más duro que ha tenido Alejandro Valverde en toda su carrera deportiva. "Es que he tenido tantos y en tantos momentos diferentes que no sabría decirlo". De Davide Rebellin a Pogacar -a quien le saca 18 años- y Evenepoel, pasando por Armstrong, Bettini, Contador, Van Petegem, Simoni, los Schleck, Carlos Sastre o Cadel Evans. Los ha retirado a todos. "Y Dario Frigo y hasta Pantani, que con él corrí dos o tres años, sumando los que siguen en activo como Froome o Geraint Thomas", a quienes también ha ganado. "Con el que he luchado mucho y me he visto continuamente tú a tú ha sido con Alberto Contador -ambos en la imagen inferior en la Vuelta al País Vasco 2014-, y en las clásicas, con Bettini y Purito". Él ha traspasado todas las generaciones. "Es que han sido muchos años y yo creo que ya no va a haber ciclistas tan longevos porque no hay carreras de preparación, ahora de la primera a la última debes estar al cien por cien y eso requiere un mayor sacrificio. Tanto en la comida como en lo mental y en el entrenamiento", señala. "Antes se disfrutaba más. Había muchos ratos que iba en La Vuelta atrás, charlando con Perdiguero, con Santos González. Pues no me han echado broncas los compañeros... ¡Que no hables tanto! ¡Luego le llamas por teléfono! Que tienes que estar delante. Y tenían razón, pero me daba igual", dice entre risas. Ese es para él, el gran cambio del ciclismo al que llegó y el que deja al más alto nivel, como ha estado siempre. "Eusebio, que ha vivido este cambio, me lo ha dicho, que me retiré en Lombardía siendo de los favoritos para ganar, acabando sexto en la carrera y décimo en el Ranking WT. Eso es la leche. Y podría seguir perfectamente un año más porque mi nivel no iba a bajar". Pero ya es la hora, a pesar de haber terminado con un pico de forma ascendente. "Es que en La Vuelta no era yo. Aunque sufría y estaba ahí, en los cambios de ritmo ya no podía. Le pedí perdón muchas veces a Enric por no poder estar para ayudarle, pero el accidente y la bronquitis posterior me marcaron". Se considera un afortunado porque "tuve la suerte que con el atropello no me pasó nada, pero perfectamente podría haberme matado o quedarme parapléjico. Me llevé el golpe gordo, contra la luna del coche, dando la voltereta por encima. Volé y caí al suelo. Cuando empecé a entrenar tenía miedo a los coches y mucho dolor, tuve que tomar analgésicos. Me costó volver a sentirme yo. No lo logré hasta las carreras italianas en otoño y eso me ha permitido despedirme del ciclismo con muy buen sabor de boca". "300 y pico veces entre los tres primeros" Aunque la primera victoria oficiosa de Alejandro Valverde fue la general de la Challenge de Mallorca, cuando realmente se bautizó alzando los brazos fue en Vitoria, en la tercera etapa de la Vuelta al País Vasco 2003. La última -en la foto- la obtuvo en febrero, casi veinte años después, en el O Gran Camiño gallego. Esa es la mejor descripción de su carrera, un Gran Camino plagado de éxitos: 133 victorias. "Pero de lo que me quedo alucinado de mí mismo -interrumpe- es que no son sólo las victorias, sino las veces que he hecho segundo y tercero. Que eso quiere decir que estás para ganar. Son trescientas y pico veces entre los tres primeros... ¡uf!". Y a pesar de eso, no duda en señalar que "siempre hay más derrotas que victorias porque ganar, únicamente gana uno, pero no cuentan como decepciones". A la hora de señalar una derrota con mayúsculas, tampoco se detiene mucho a pensarlo. "La Vuelta a España de 2006, esa es la que más recuerdo que me haya dolido perder". La bajada de Sierra Nevada. "Esa Vuelta la tenía en las piernas. Sí que es verdad que Vinokourov y Kashechkin terminaron la carrera mejor que yo, pero sin el tiempo que perdí ese día, la hubiera ganado". En el podio de O Gran Camino 2022, su última victoria, junto a Michael Woods y Mark Padun. Esa es la decepción que tiene grabada a fuego, muy por encima del Mundial de 2013 en Florencia. "Porque ahí se habló mucho, pero yo pensaba que había vencido Purito y cuando llegué a meta fui derecho donde él a preguntarle si había ganado. Con la ventaja que llevaba estaba convencido que lo había logrado, porque yo iba a salir pero arrancó él y después lo hizo Nibali, que quería ir a por Rui Costa y Nibali me hizo un gesto para ir a por él. ¡Si hombre!, pensé, voy a cerrártelo yo para que me remaches. A mí ya se me había ido el carro. Pero todo el mundo me echó el muerto durante un tiempo. ¿Qué pasa, que toda la culpa fue mía? Ojalá hubiese ganado Joaquim, estaba convencido de que así era, contento y alegre". Cinco años después le llegó su gran momento, en el Mundial de Innsbruck, el que no se cansa en señalar como su gran día, su gran victoria. Ya con 38 años. "Y creo que esa ha sido otra clave, que el éxito me haya llegado más mayor porque de conseguirlo antes hubiera querido más y más y más. Y no hubiera sido un arcoíris tan disfrutado".

Alejandro Valverde: "He tenido una carrera espectacular, mucho mejor de lo que pensaba"

Relacionados

Asturias: 8 subidas que no te puedes perder por el parque natural de Fuentes del Narcea

Gran Canaria: un destino deportivo hecho a la medida del deportista

Disfruta del ciclismo virtual por etapas con CITROËN ë-Tour by BKOOL

¡La luz trasera y radar Garmin Varia RTL515... al mismo precio que en Black Friday!

Alejandro Valverde: "He tenido una carrera espectacular, mucho mejor de lo que pensaba"

Relacionados

Valverde se retira siendo 10º del ranking UCI, que sigue liderado por Pogacar

Alejandro Valverde cumple 42 años: repasamos su carrera en imágenes

Asturias: 8 subidas que no te puedes perder por el parque natural de Fuentes del Narcea

Gran Canaria: un destino deportivo hecho a la medida del deportista

Disfruta del ciclismo virtual por etapas con CITROËN ë-Tour by BKOOL

¡La luz trasera y radar Garmin Varia RTL515... al mismo precio que en Black Friday!