CICLISTA POR MI HERMANO. Me inicié en la bici por él, que es seis años mayor. Vi a mi hermano practicar ciclismo y yo siempre quería imitarle. Mis padres me dieron la oportunidad de tener una bicicleta, me apuntaron al mismo club y mira, de aquella decisión han pasado bastantes años y sigo pedaleando. GRITABA QUE ERA EL CHAVA. El apodo viene por José María Jiménez, mítico ciclista del Banesto. Cuando me ponía a ver las carreras con mi hermano, Chava atrajo rápidamente mi atención y me marcó. Fue un flechazo. Al acabar las etapas salía disparado de casa a jugar por las calles del pueblo gritando: "¡Soy el Chava, soy el Chava!". Y desde escuelas me empezaron a llamar así. Es un apodo que me gusta mucho. ÉPOCAS DE SUBIDAS Y BAJADAS. Mi primer paso a profesionales fue a mediados de 2015 con la Cycling Academy tras ganar la Copa de España con Gomur. Me uní con la temporada en marcha y no me renovaron. Volví al campo amateur y eso es duro porque piensas que cuando das el salto encontrarás tu hueco. Para llegar hasta aquí he combinado subidas y bajadas. De hecho, volví a recalar en profesionales para bajar a amateur de nuevo. En 2017 terminé contrato con un equipo portugués y pensé que mi carrera deportiva había llegado a su fin. TRABAJÉ EN EL DECATHLON. Lo compaginaba con salidas en bici de montaña para no perder la forma, pero en febrero de 2018 me picó el gusanillo de la competición y combiné el calendario amateur con el trabajo. Conseguí resultados y surgió otra oportunidad con el Efapel portugués. Te das cuenta de que si te rindes el ciclismo prosigue sin ti y no te va a esperar. EFAPEL, LA LLAVE DEFINITIVA. En 2019 corrí en Efapel y estuve muy a gusto. Encajé en la estructura, conocía el calendario y debía aprovechar la ocasión para asentarme en el equipo; al final incluso gané alguna carrera. Eso me permitió recibir una oferta del Euskaltel-Euskadi. Con Efapel descubrí mejor el ciclismo portugués. Continúo en contacto con Rubén, el director, y con los corredores. MAILLOT NARANJA. Me hubiera gustado alcanzar antes la estabilidad en profesionales, pero más vale tarde que nunca. Me siento muy agradecido a los que tomaron la decisión de que recalara en el Euskaltel-Euskadi. Es mi tercer año en el equipo y aquí encontré personas dispuestas a ayudarme desde el inicio, así como compañeros que conocía como rivales y ahora son un apoyo. Somos una familia. Y luego está la afición que empuja por detrás; es un orgullo llevar este maillot. CONFIANZA DEL EUSKALTEL-EUSKADI. Mi primera carrera fue el Tour de Malopolska, en Polonia, y logré un top10 para el equipo en una llegada al sprint. Desde un primer momento demostraron que tenían fe en mí. Recientemente hice quinto en el Tour de Bretaña, quedándome a cuatro segundos del podio. Al principio me dio mucha rabia porque depositaron una gran confianza en mí y quería devolverles el esfuerzo, aunque por pequeños detalles no pude subir al cajón. Sin embargo, di todo lo que tenía en las piernas hasta vaciarme; eso es lo importante. Quizás debí jugar mejor mis cartas, pero siempre fuimos al ataque. Con el tiempo se valora que fuera regular y terminara cerca. PAÍS TALISMÁN. Compito muchos días en Francia en pruebas como Tour de Limousin, Tour de Bretaña, etc. Son tipo clásica, con cotas explosivas y cortas que discurren por carreteras ratoneras que provocan llegadas en grupos reducidos, que es lo que mejor se me da. Siempre acudo con ilusión y guardo grandes recuerdos de los últimos años, aunque también queda la espinita clavada de alguna carrera en la que no pude estar disputando. JORGE AZANZA ES UN APOYO CLAVE. A Jorge le conocí como amateur cuando dirigía a la Fundación Euskadi y era su rival disputando la Copa de España. Con el tiempo me reconoció que se fijaba en mí porque ganaba a sus corredores. Sólo tengo palabras de agradecimiento por el esfuerzo que hizo para unirme a ellos. En estos tres años nunca ha faltado la confianza. Sabe que puedo dar mucho más y en eso estoy trabajando. Que alguien como Jorge te siga apoyando es para sentirse orgulloso. MULTITASKING. Es ya mi tercera campaña con el Euskaltel-Euskadi. Sobre mi papel, según como sea la carrera adquiero un rol diferente. Cuando estoy en forma y si el recorrido se adapta a mí, el peso del equipo recae sobre mis espaldas como en el Tour de Bretaña o Limousin. En pruebas con puertos más duros trato de coger las escapadas para luchar por otras clasificaciones y por supuesto también ayudo a compañeros que son más sprinters o escaladores. Mi papel puede variar mucho. La verdad es que eso me agrada y trato de hacerlo lo mejor posible. EL SUEÑO DE CORRER LA VUELTA. Ojalá en 2022 se den las circunstancias para estar en la salida de la Vuelta a España. Para eso tengo que dar el 100% en cada carrera a la que acuda. Conseguirlo sería un sueño de un montón de años atrás. Soy consciente de que aún queda mucho tiempo y trabajo por delante. DE NO SER CICLISTA... Pues ciclista. Mi carácter y mis valores me los ha dado la bicicleta. Tengo el ciclismo tan dentro que resulta complicado contestar. Seguro que algo relacionado con el deporte y la naturaleza. LOS AMIGOS Y LAS MASCOTAS. Durante la temporada el planning es simple. Se trata de compaginar la bici con periodos de descanso en los que disfruto con mis perros y de relax con los amigos, aunque en invierno trato de practicar otros deportes. COMPAÑERO INSEPARABLE. Pablo Alonso (Electro Hiper Europa) es un gran amigo además de mi compañero de entrenamientos. Un ciclista al que he visto crecer desde pequeñito hasta coincidir en profesionales. Tratamos de vernos a diario. En las salidas hablamos de nuestras cosas, somos muy parecidos. Me gusta aportarle mi experiencia y ojalá que continúe creciendo como corredor.