VIAJE DE IDA Y VUELTA. Me convertí en profesional en el verano de 2015 de la mano del Caja Rural-Seguros RGA. Estuve dos años y medio que fueron dos temporadas buenísimas, aunque el ambiente no era del todo agradable y eso influía en las carreras con algún director que había entonces. Eso me motivó para marcharme al Murias y Jon Odriozola me llamó personalmente. Me siento muy agradecido a ese equipo, que hizo tanto con tan poco. Quise esperar a que el proyecto saliese, se lo merecían, pero cuando se confirmó que desaparecía, Caja Rural estaba interesado en mí y lo cerré en cinco días. EL EQUIPO AL QUE REGRESO ES DIFERENTE. De Murias también viene Muriel y más gente que me motiva para estar aquí. Además, el Héctor que vuelve es mucho más maduro y hecho como ciclista. Soy más responsable e intento cuidar los detalles. A las carreras llego mejor preparado que antes. UN PASO MÁS. Me han pedido que lo dé, que pase de formarme a aportar victorias al equipo. Tengo otra responsabilidad y eso me estimula porque significa que confían plenamente en mí y ya no me quieren para una escapada con la que salir en televisión. Estoy listo para ese salto. El año pasado ya logré un triunfo en una carrera importante, sin grandes equipos pero con mucho nivel. RUTINA DURANTE EL ENCIERRO. [Nota: La entrevista se realizó durante el periodo de confinamiento decretado durante el Estado de Alarma].Consiste en mantenerme activo. Intento hacer las mismas pequeñas cosas que durante la vida normal: levantarme a la hora de siempre y desayunar, subir al rodillo una hora y media o dos, ducharme, comer, descansar y por la tarde monto de nuevo y hago core, estiramientos y ejercicios antes de cenar. Tengo mi entrenador y el preparador del equipo, Xabier Muriel, nos supervisa día a día. Nos dicen que tenemos que entrenar con calma para no fatigarnos mucho y que cuando se pueda salir a la carretera estemos frescos y con ganas. ME GUSTAN LAS CRONOS. Soy de los pocos, lo sé. Desde siempre he corrido la modalidad en los Campeonatos de España. Tengo la cabra en casa y trabajo mucho con ella. Me gusta prepararla, pero ganar una es muy difícil porque influye mucho el material, y cuando no tienes lo mismo que los grandes especialistas, batirles es casi imposible. Sí pienso en disputar las cronos de las vueltas de una semana. Me encanta estar una hora a tope encima de la bici. Cerca de casa tengo 30 o 40 kilómetros de carreteras llanas en los que puedo entrenar muy bien. Lo malo es el viento, pero como decía Óscar Sevilla cuando le preguntaban cómo hacía para entrenar puertos: "Aquí tengo rectas infernales con viento de cara para volver a casa. Por eso cuando subo puertos vuelo". CUANTO MÁS DURAS Y LARGAS, MEJOR. Me he dado cuenta en las tres Vueltas a España que he corrido que en la tercera semana es cuando mejor funciono, con toda la fatiga que hay. En la primera, la última etapa de montaña fue la del Angliru y estuve hasta el final apoyando a Pardilla. Al año siguiente, ayudé a Bizkarra en la jornada de Andorra con meta en La Gallina; acabé 24º esa etapa, la previa al desfile por Madrid. Cuanto más cansancio se acumula, mejor va mi cuerpo. Recupero bien los esfuerzos: cuanto más difícil, larga y dura sea la carrera, mejor funciono. Eso me gusta mucho. MI PRIMO ES FUTBOLISTA DE PRIMERA. Chema Rodríguez Benito, que fichó en enero por el Getafe. El año pasado jugaba en el Levante, se fue al Nottingham Forest inglés en verano pero ha vuelto a España. Su madre, además, es mi madrina. Nos llevamos muy bien, aunque nos vemos poco porque vive en Madrid y viene al pueblo lo justo. No cambiaría la vida de ciclista por la de futbolista. El ciclismo es un deporte humilde y te enseña que todo cuesta más, pero que con trabajo se consigue. Ellos también entrenan mucho, aunque la intensidad no tiene comparación. EN BICI DESDE LOS 10 AÑOS. Y es curioso porque no me viene de nadie y es un deporte que se hereda mucho de la familia. Con 7 años me apunté a una escuela de fútbol, pero me cansé enseguida. Había una de ciclismo en Caudete y quise probar; mi madre me dijo que era el último deporte al que me llevaba. Al comenzar a pedalear, el entrenador me vio cualidades y me sugirió ir a un equipo que tenían que hacía competiciones. Fui dando pasos adelante con la suerte de que mis padres apostaron por mí porque creían que podía llegar lejos y conseguir lo que siempre había querido: ser profesional. ME ATREVÍ CON LOS MACHUCOS. Mucha gente me conoce por aquella fuga. La idea era ayudar a Bizkarra y los dos nos metimos en la escapada porque era un final perfecto para él, pero estaba enfermo y se descolgó. Me tocó representar al equipo en una etapa con siete puertos junto a gente del nivel de Thomas De Gendt, Wout Poels o Sergio Higuita y aguantar hasta el final delante fue algo muy grande. Desde los coches, como el Ineos, me lo reconocieron. VICTORIA EN PORTUGAL. Estrené mi palmarés y fue muy especial. Tengo un cuadro en casa con la foto. Cada día cuando me levanto la veo, así empiezo la jornada pensando en positivo. Fue un día muy especial y duro. 210 kilómetros de etapa, costó 100 km hacer la fuga, llovía y hacía frío. Con 16 integrantes resolverla era complicado, pero me sentí fuerte y pensé que la victoria tenía que llegar de una vez por todas, no podía pasarme la vida cogiendo escapadas para nada. Me fijé en cuatro corredores que eran los más fuertes y no fallé. SUEÑOS. Me gustaría conseguir alguna victoria en una grande, la más cercana es La Vuelta por el equipo en el que estoy. Me he demostrado que puedo alcanzar grandes cosas en carreras largas de cinco horas o más, resolviendo la papeleta ante gente que está bien. Te lo tienes que creer sin ser más que nadie. Todos somos iguales pero uno mismo, sin necesidad de decirlo en voz alta, se lo debe creer. La confianza marca la diferencia entre ganar o ser quinto.