Milán-San Remo: Van Aert, en estado de gracia, se impone en la 'Classicissima'.

El belga de Jumbo-Visma fue el único que pudo seguir a Alaphilippe en el Poggio, para batirle posteriormente en un ajustado sprint.

Víctor Marcos. Fotos: Bettini Photo

Wout van Aert se impone a Alaphilippe en San Remo
Wout van Aert se impone a Alaphilippe en San Remo

Wout van Aert (Jumbo-Visma) es, sin duda, uno de los corredores más en forma en estos momentos. Ya lo demostró hace unos días, adjudicándose la Strade Bianche. Y hoy lo ha confirmado con una descomunal victoria en la Milán-San Remo, sumando así la primera gran clásica a su palmarés.

El belga fue el único que pudo responder al fortísimo ataque de Julian Alaphilippe (Deceuninck-QuickStep) –vencedor el año pasado- en el Poggio, soldándose a su rueda en el descenso, y llegando a la mítica recta de Vía Roma con apenas cinco segundos sobre el grupo perseguidor, para superar al francés en un ajustado sprint.

Un grupo perseguidor, por cierto, donde se imponía Michael Matthews (Sunweb), tercer clasificado, por delante de Sagan (Bora-Hansgrohe), Nizzolo (NTT), Smith (Mitchelton-Scott) y Alex Aranburu (Astana), que firmaba un gran séptimo puesto.

 

 

De salida, y a pesar del cambio de recorrido, se cumplía el guión habitual de la ‘Classicissima’: fuga lejana, integrada hoy por Bais (Androni), Boaro (Astana), Carretero (Movistar), Mazzucco y Tonelli (Bardiani), Cima (GazProm-Rusvelo) y Frapporti (Vini-Zabú). Y por detrás, un pelotón relativamente relajado, que permitía una renta máxima para los escapados de 7 minutos… a falta aún de 200 km del final, de una carrera, recordemos, que este año se iba hasta los 305 km.

Paulatinamente, con el paso de los kilómetros, el desgaste hacía mella en el grupo cabecero y las diferencias se iban limando. Carretero, de hecho, se descolgaba en las primeras estribaciones del Colle di Nava, a 75 km de la conclusión. En el pelotón, lo más relevante hasta esos momentos, era la caída y posterior abandono de Matteo Trentin (CCC), después de un enganchón entre varios corredores.

Carretero (Movistar), en la fuga del día
Carretero (Movistar), en la fuga del día

Ya en Imperia, y retomando el recorrido habitual de la carrera, Deceuninck-QuickStep tomaba el mando del pelotón con Stybar, Declercq, Jungels y compañía para dar por finalizada, por fin, la tremenda cabalgada de los cinco escapados. Pero pronto tendría que echar el freno el ‘Wolfpack’, debido a que el dorsal número 1, Julian Alaphilippe, sufría un pinchazo, del que se repondría rápidamente.

Vliegen (Circus-Wanty) y Mosca (Trek-Segafredo) se movían en las primeras rampas de la Cipressa, logrando una quincena de segundos de ventaja sobre un pelotón donde se sucedían los ataques y cedían ya algunos hombres rápidos, como Caleb Ewan (Lotto-Soudal) o Fernando Gaviria (UAE).

Neutralizado el dúo, poco antes de coronar la Cipressa, a 21 km para el final, Daniel Oss (Bora-Hansgrohe) encabezaba un rapidísimo descenso en el que, incluso, tenía que sacar un pie para evitar la caída en una curva. Ya en terreno llano, las indecisiones en el pelotón provocaban que el lugarteniente de Sagan cogiera unos valiosos segundos de ventaja, camino del Poggio.

Daniel Oss
Daniel Oss

Conscientes del peligro, Deceuninck-QuickStep se ponía en bloque a tirar en el grupo principal, en colaboración con los Groupama FDJ de Arnaud Demare, para dar caza a un valiente Daniel Oss a 10 de meta. Comenzaba entonces la habitual lucha de posiciones para entrar bien colocados en el decisivo Poggio.

Bennett (Deceuninck-QuickStep) y Colbrelli (Bahrain McLaren), descolgados, decían adiós a sus aspiraciones, mientras Brambilla (Trek-Segafredo) lograba unos segundos de ventaja en compañía de Aime de Gendt (Circus-Wanty). Por detrás, sin embargo, aparecía un misil llamado Julian Alaphilippe para tomar la cabeza de carrera, seguido de un voluntarioso Van Aert , que intentaba no perder la rueda del francés.

Alaphilippe y Van Aert, en el ataque decisivo del Poggio
Alaphilippe y Van Aert, en el ataque decisivo del Poggio

Alaphilippe comenzaba el descenso del Poggio en solitario, arriesgando, al límite, y con unos escasos segundos con el belga de Jumbo-Visma. El dúo se juntaba en cabeza, a 4 km del final, con un grupo de peligrosos rivales persiguiendo, a escasos 5 segundos (Formolo, Van der Poel, Mohoric, Aranburu…).

Con solo 2 km por delante, y con una renta muy exigua, Alaphilippe y Van Aert colaboraban lo suficiente como para llegar con opciones a los últimos metros, mientras en el grupo perseguidor surgían las dudas y la desconfianza.

Midiendo las distancias perfectamente, Alaphilippe respiraba y lanzaba el sprint, de lejos, a 300 metros del arco, pero un potentísimo Van Aert le superaba en el último suspiro, demostrando que es uno de los corredores más en forma del momento. 21 años después, la ‘Classicissima’ viajaba a Bélgica.

Clasificación final

Clasificacion Milan San Remo
 

 

Van Aert

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