La 17ª etapa se presentaba como la última oportunidad para los velocistas antes de las decisivas etapas de montaña en los Alpes, en las que Jonas Vingegaard y el Visma intentarán desbancar a un sólido Tadej Pogacar, que mantiene el liderato con 4´15" de ventaja sobre el danés.
“Ha sido un día bastante tranquilo, pero para nada sencillo ya que ha sido rápido y en la parte final ha aparecido el mal tiempo. Me alegro de que la etapa haya terminado y de que mis compañeros y yo hayamos conseguido llegar a meta sanos y salvos”, decía el esloveno, que por décimo día vestirá mañana el maillot amarillo de líder.
Será en la considerada etapa reina de este Tour, con nada menos que 5.400 metros de desnivel en sus 171,5 km y con tres colosos encadenados: Glandon (21,7 km al 5,1%), Madeleine (19,2 km al 7,9%) y el Col de la Loze (26,4 km al 6,5%), el techo de este Tour con sus a 2.304 metros de altitud.
“El objetivo es mantener el maillot amarillo, y nada más. Mañana podemos esperar que Visma trate de filtrar gente en las escapadas, y que suba todos los puertos a tope. Después, en el Col de la Loze, harán todo lo posible por descolgarme. Yo voy a estar preparado para cualquier cosa que se me presente. Conozco La Loze: es una subida preciosa y una de las más duras que he hecho nunca. Quizá este lado sea menos suro que el que subimos en 2023. Lo descubriremos mañana”, comentó el esloveno.
El esloveno sufrió mucho en 2023, la última vez que se ascendió el Col de la Loze en el Tour, donde cedió frente a Vingegaard en una agonía que el propio ciclista esloveno certificó con su célebre frase: "I'm Gone, I'm Dead". Esta vez, dijo, espera tomarse la revancha de la mala jornada que tuvo entonces. "Es una etapa clave, espero afrontarla en buenas condiciones y poder vengarme de lo que pasó hace dos años. Tengo muchas ganas de que llegue", indicó Pogacar.
El esloveno señaló que está mejorando de los ligeros problemas de salud que ha arrastrado en los últimos días y lo consideró una buena noticia con miras al inicio de las jornadas alpinas que, además, se disputarán en condiciones climáticas difíciles, con una caída fuerte de la temperatura y posibles precipitaciones.
Pogacar, que tiene una ventaja de cuatro minutos y 15 segundos sobre Vingegaard, respondió además a quienes le acusan a él y a su equipo de arrogancia, por querer ganarlo todo en la carrera. "No buscamos ser arrogantes, buscamos hacer la carrera lo más fácil para nosotros. Creo que algunos que dicen eso deberían quedarse callados. Sé que esto parecerá arrogante, pero es lo que pienso", dijo.
