En nuestra previa, hemos señalado a Chris Froome, Nairo Quintana y Alberto Contador como los principales candidatos a ganar el Tour de Francia, pero que cuenten con más opciones no infiere que sean los únicos con posibilidades de vestir de amarillo en París. Tras ellos, en diferentes peldaños, se posicionan una quincena de corredores que batallaran por los puestos de honor de la clasificación general e incluso algunos como Thibaut Pinot, Richie Porte o Fabio Aru, junto a la incógnita que representa a día de hoy Vincenzo Nibali tras acumular en sus piernas el titánico esfuerzo que supone ganar un Giro de Italia, que aspiran a encontrar un resquicio de debilidad en los tres grandes para colarse en el podio de la carrera. Y bajo nuestro prisma, es el francés de la FDJ quien más papeletas tiene para conseguirlo.
Thibaut Pinot ha experimentado en lo que va de curso una espectacular progresión en la lucha contra el reloj; ha pasado de ser una de sus grandes rémoras a un argumento a su favor para poder desbancar a alguno de sus potenciales rivales. Sin ir más lejos, en 2016 ha ganado la crono del Criterium Internacional, la del Tour de Romandía y acaba de proclamarse campeón nacional francés de contrarreloj. Los 37 kilómetros de lucha individual de la 13º etapa ya no serán ningún problema, y el perfil montañoso que plantea esta edición del Tour le favorece sin duda. El líder de la FDJ ya ha ofrecido muchas muestras de su brillante capacidad como escalador, pero si quiere volver a pisar el cajón de los Campos Elíseos, tal y como hizo en 2014, tiene que demostrar que está capacitado para resistir el ritmo de ascensión de los mejores del mundo de forma regular. Si lo consigue, y logra camuflar sus carencias como bajador, Pinot podría dejar sin podio a alguno de los grandes favoritos.
El Astana se presentará el sábado en Mont Saint-Michel, desde donde arrancará la Grand Boucle, con uno de los bloques más fuertes de la carrera. Sus dos grandes líderes, Fabio Aru y Vincenzo Nibali cohabitarán en la ronda gala aunque en principio será el sardo quien cargue con más galones. El Tour es el gran objetivo de Aru después de haber ganado la ronda española y haber sumado dos podios en la Corsa Rosa en los dos últimos años; pero la Grand Boucle es otra cosa. Al hecho de que será su edición de debut se suma que su aproximación a la carrera ha despertado grandes dudas debido a un pobre rendimiento en el Criterium del Dauphine, donde no ha podido estar cerca de los grandes gallos en ninguna de las etapas importantes. Si logrará entrar en el top5 y derrocar a Romain Bardet, Richie Porte o Tejay Van Garderen podríamos considerar un éxito su estreno en Francia.
Vincenzo Nibali, que no necesita presentación después de haber cosechado su cuarta grande hace escasamente un mes en Italia, correrá de tapado y a la sombra de Aru, tal y como él y su equipo se han encargado de proclamar a lo largo del año. El Tiburón va a disputar el Tour sin presión y con un ojo puesto en los Juegos Olímpicos, y posteriormente será la carretera la que determiné su lugar en esta Grand Boucle, pero parece difícil que tras un esfuerzo como el que ha realizado en el Giro pueda plantar cara a ciclistas con las piernas frescas como Quintana, Froome o Contador, por lo que quizá pueda encontrar en la búsqueda de triunfos de etapa una bonita fórmula para conservar el protagonismo.
Otro equipo que optará por presentar una estructura bicéfala será el BMC, en el que Richie Porte y Tejay Van Garderen comparten liderazgo. Ninguno de los dos parte de forma oficial con una posición predominante con respecto al otro por lo que será la propia competición la que tenga que decidir, un escenario que parece más favorable a Porte que fue el único ciclista capaz de seguir a Froome en su exhibición en Vaujany durante el Dauphine. El australiano parece estar un peldaño por encima de su compañero norteamericano tanto como escalador como contrarrelojista, pero la experiencia de Porte cada vez que ha tenido que asumir el rol de líder en una gran vuelta ha sido nefasta, por lo que esta oportunidad se antoja decisiva para mostrar que se trata de un corredor en el que confiar para afrontar una vuelta de tres semanas. Por su parte, Van Garderen, quizá con brotes menos brillantes pero algo más regular, ya ha demostrado que puede incluso aspirar al podio de la carrera más importante del mundo. El pasado año tuvo que retirarse por una indisposición que le impidió completar la 17º etapa cuando era tercero en la general, resultado que sueña con repetir en este 2016 en el que ha decepcionado en algunas carreras como el reciente Tour de Suiza, donde sin gran competencia solo ha podido ser sexto.
La tercera escuadra que alineará dos líderes en la Grand Boucle será el Giant-Alpecin, que con Dumoulin y Barguil tienen una pareja joven con gran calidad y potencial. El holandés se ha pasado el año asegurando que únicamente correrá el Tour para preparar la contrarreloj de los Juegos Olímpicos en la que aspira, en un recorrido que se adapta a sus condiciones como un guante, a cosechar la medalla de oro. Una vez metido en competición nos extrañaría que renunciará al protagonismo que le puede dar una carrera como el Tour, pues nivel para pelear con los mejores vueltómanos del mundo ya ha acreditado tanto en la pasada Vuelta como en el inicio del reciente Giro, por lo que esperamos verle en los primeros puestos al menos durante el tramo inicial. La última semana quizá es demasiado dura para que Dumoulin resista el pulso con los mejores escaladores del pelotón.
Para Warren Barguil, el Tour de Francia si será el momento álgido de su temporada. Ganador del Tour del Porvenir en 2011, ha ido progresando poco a poco desde que en 2013 copara los titulares con dos victorias de etapa en la Vuelta a España -sus únicos triunfos como profesional- hasta situarse en la actualidad como el principal candidato a ganar el maillot blanco de mejor joven. El ciclista bretón ha competido muy poco este año, pero ha dejado interesantes resultado como su sexta plaza en la Lieja-Bastoña-Lieja o el tercero en Suiza, donde ha demostrado ser un ciclista cada vez más sólido en las vueltas por etapas, algo que podría traducirse en un top10 en la clasificación general final de este Tour de Francia.
Romain Bardet es la otra gran esperanza francesa para entrar entre los cinco primeros de la Grand Boucle. El líder del Ag2r-La Mondiale hubiera ganado el Criterium del Dauphine al mismísimo Chris Froome de no haber mediado una inoportuna caída en la segunda etapa que provocó que perdiera 45 segundos. En esta pequeña versión del Tour que se disputa tres semanas antes del arranque de la carrera, Bardet se mostró pletórico, valiente y con una capacidad para escalar que le sitúa como un rival temible en las jornadas más duras de la Grand Boucle. Solo su escaso rendimiento contrarreloj parece alejarle de la opción de soñar con el podio.
Etixx-Quick Step estará capitaneado por Dan Martin, que tras salir del conjunto Cannondale está ofreciendo un buen ciclismo. El irlandés no solo se ha mostrado fuerte como finalizador en duros repechos, si no que también ha demostrado su fortaleza en la alta montaña en el Dauphine donde ha sido tercero por delante de Porte y Contador. Tradicionalmente nunca ha mostrado consistencia suficiente para ser un aspirante a los puestos de honor en una carrera de tres semanas, pero seguramente se encuentra ante uno de los mejores momentos de su carrera deportiva por lo que será un nombre a vigilar, especialmente en la caza de algún triunfo de etapa.
Martin estará acompañado en su equipo por Julian Alaphilippe, el corredor más parecido a Alejandro Valverde que ha dado el ciclismo desde la irrupción del murciano. El nuevo talento de la fábrica de Lefevere, tras ganar en 2015 el Tour de California y ser sexto en el Criterium del Dauphine, ha demostrado que estamos ante mucho más que un clasicómano. Rápido, explosivo y extremadamente hábil encima de la bicicleta, Alaphilippe comienza a despuntar también en la montaña y eso nos lleva a preguntarnos hasta donde podrá llegar en su debut en la Grand Boucle. No cuenta con ninguna presión y todo lo que consiga será percibido como un regalo, así que quedaros con este nombre porque puede dar mucho que hablar.
Bauke Mollema y Wilco Kelderman serán las dos grandes bazas del escuadrón neerlandés. El corredor del Trek-Segafredo volverá a ser la referencia del conjunto americano en la general, pero en las dos últimas campañas no ha ofrecido síntomas que nos permitan avistar una evolución que invite a pensar que va a lograr mejorar la sexta plaza que logró en 2013. Mollema transmite un cierto estancamiento en su trayectoria que no quita que vaya ser un seguro en el top10, en el que también pretende colarse su compatriota Kelderman, la joya del LottoNL-Jumbo que fue séptimo en el Giro en 2014 con 23 años. Buen contrarrelojista y con capacidad para defenderse en la montaña, Wilco desprende mucho talento a la vez que una cierta inconsistencia que ha de quitarse de encima en este Tour en el que puede reafirmarse como un ciclista a considerar en ediciones venideras.
Purito Rodríguez llega al Tour de Francia con la duda de si el paso de los años le permitirá mantenerse una temporada más en la élite mundial en la que lleva instalado casi una década. A sus 37 años, se antoja complicado que pueda optar a subir de nuevo al cajón pero si que es muy probable que encuentre protagonismo por otras vías. Ya el año pasado sumó dos grandes victorias de etapas y peleó por el maillot de la montaña, un camino que podría repetir en esta edición en la que compartirá autobús con Ilnur Zakarin que, recién recuperado de la fractura de clavícula y escapula que padeció cuando peleaba por el podio del Giro, se presenta en la Grand Boucle con la gran incógnita de si su estado físico le permitirá medirse a los mejores.
Adam Yates y Louis Meintjes son los dos ciclistas que cierran nuestro análisis. Ambos, nacidos en 1992, son corredores de gran talento y mejor futuro que emprenden por primera vez la misión de enfrentarse a la general del Tour de Francia y podrían convertirse en los grandes rivales de Warren Barguil en la clasificación del mejor joven. El corredor del Lampre-Merida, considerado como la gran esperanza africana, ya fue décimo en la pasada Vuelta, demostrando capacidad para competir en pruebas de tres semanas, y ha peleado en el Dauphine con los mejores haciendo uso de sus innegables condiciones de escalador. El ciclista del Orica, por su parte, ha obtenido resultados de mérito en pruebas de primer nivel como la Clásica de San Sebastián, en la que se impuso por delante de Valverde o Gilbert, o en Tirreno-Adriático y Criterium del Dauphine, donde se coló entre los diez primeros.
No nos olvidamos de otros grandes nombres que a buen seguro absorberán grandes dosis de protagonismo en este Tour de Francia como Alejandro Valverde, Ion Izagirre, Mikel Landa, Geraint Thomas o Rafal Majka, pero que debido a su rol inicial como gregarios veran supeditadas sus opciones a nivel individual a las necesidades de sus líderes.