Filippo Conca: cuando la esperanza se vistió de blanco

Obligado a dejar el profesionalismo por falta de equipo esta temporada, Filippo Conca se la jugó a una carta en el reciente Campeonato Nacional Italiano corriendo en un equipo amateur. En este artículo te contamos su historia.

Filippo Conca tras ganar el Campeonato nacional en ruta. Foto: Massimo Fulgenzi (Sprint Cycling Agency)
Filippo Conca tras ganar el Campeonato nacional en ruta. Foto: Massimo Fulgenzi (Sprint Cycling Agency)

Hace ya unas semanas que los gritos y los abrazos cesaron, pero el recuerdo sigue vivo. Sólo tenía un disparo. Una única posibilidad frente a tres pistoleros que conocía de sobra y que, como él, también habían sobrevivido a las altas temperaturas de aquel día. Por suerte, su compañero Mattia Gaffuri se encargó de que no llegaran más candidatos. Todos querían lo mismo, pero en su caso la victoria acarreaba un premio mayor. Significaría volver con casi toda certeza. Entonces se levantó del sillín, apretó los dientes y se encomendó a la tensión de su musculatura, para que le llevase donde se merecía.

Días atrás, había dicho a su familia que creyese en él, que podía conseguirlo. Para ello entrenó en las horas de máximo calor, tras una moto, para simular lo que el ciclismo le estaba privando: una competición.

A Filippo la Vuelta a España de 2022 le llegó por un doble rebote. A pesar de ser primer reserva, su equipo, el Lotto Soudal. llamó a otro corredor cuando un compañero tuvo que renunciar debido al COVID. Cuando asumió que su calendario pasaría de manera alternativa por el Tour de Limoussin, una segunda baja, estaba vez de Sebastien Grignard, le llevó a coger un tren con billete de turista de Limoges a Paris, ataviado con una mascarilla como único escudo de protección entre el resto de pasajeros, con la esperanza de que le protegiera en su camino hasta Bruselas, donde le esperaba el resto de convocados.

conca llegando a la meta de sierra de la pandera
Conca en una imagen de la Vuelta a España 2022. Foto: Sprint Cycling Agency

Aquella Vuelta que no preparó le deparó ser uno de los hombres revelación de la carrera, cuyo premio trajo consigo una decisión. Quedarse en el Lotto Soudal, escuadra que iba a perder su condición de World Tour y que sólo tras aquella Vuelta se planteó su continuidad, o crecer junto a un nuevo proyecto, el del Q36.5.

Su decisión fue la errónea. Sentía que a sus 24 años su desarrollo, tan alejado de aquellos chicos que se profesionalizaban con 18, a pesar de ser lento, asimilaría un salto de calidad. A cambio, una lesión a principio de temporada lapidó sus ilusiones. Tras su recuperación, sintió que el equipo no confiaba en él y que básicamente trataban de llevarle a carreras donde cubrir huecos de última hora ante bajas inesperadas de otros compañeros.

Conca Q36.5
El italiano militó dos temporadas (2023 y 2024) en el Q36.5 suizo. 

La temporada siguiente (2024) no fue mucho mejor. Ya en enero tuvo el sentimiento de que el equipo no le renovaría. Ni siquiera contó con un programa de carreras. De nuevo acudía casi a ciegas a competiciones en las que trabajar para otros compañeros. A mitad de año habló con su representante y le pidió negociar con otros equipos, pero las posibilidades de encontrar otro destino menguaban bajo las eternas excusas que hablaban de falta de presupuesto. Tras una tentativa fallida con un equipo español, la última bala terminó bañando su pólvora frente a la oportunista oferta de un equipo portugués que le ofreció correr sin sueldo.

Afligido, Filippo asumió que llegaba el cambio hacia una nueva vida y tomó un camino inesperado: decidió invertir el dinero ganado en la compra de una casa a orillas de Lago de Como, para alquilársela a turistas y pagarse así la hipoteca. Además, no sólo terminó sus estudios de economía, sino que se sacó el título de navegación para poder trabajar como tripulante de barco para turistas, algo que funcionaba muy bien en su región.

Pero en su cabeza había un Plan B. Una última bala: seguiría corriendo en bicicleta. Lo haría en el Swatt Club, un equipo amateur, un club de amigos con sede en una tienda de bicicletas a 40 kilómetros de su casa en Lecco, en la región de Lombardía, pero con licencia para disputar algunas carreras UCI, entre ellas, el Campeonato nacional Italiano.

Podio del Campeonato de Italia en ruta 2025
Podio del Campeonato de Italia 2025, con Filippo Conca (ganador) flanqueado por Alessandro Covi y Thomas Pesenti. Foto: Massimo Fulgenzi (Sprint Cycling Agency)

Por eso, en aquella última curva, cuando Gaffuri se apartó, apretó los dientes. Se enfrentaba a tres hombres: Alesaandro Covi, Thomas Pesenti y Giovanni Aleotti. Todos enrolados en equipos World Tour. Él, en cambio, sin publicidad en su maillot, defendía uno totalmente blanco. Un sprint trabajado con entrenamientos detrás de una moto, sin ni siquiera el apoyo de un preparador. Tan sólo le avalaban una serie de carreras hechas previamente con bici de gravel.

Sin embargo, creía en él. Un último golpe de riñón fue el detonante de un grito. Acababa de ganar el Campeonato Nacional italiano. Luego, tras abrazarse con Gaffuri, dejó la bici a un lado. Rompió a llorar sin entender aun que había pasado. Apenas unos minutos después su teléfono empezó a sonar. No sólo eran felicitaciones, también propuestas. Esta vez, serias y justas. Carlo Beretta, el Presidente de su Club siempre le dijo que si el milagro llegaba él sería el primero en alegrarse y dejarle marchar. Aquel maillot que le pusieron en el podio, dibujado con los colores de la bandera italiana volverá a ser visible pronto en el circuito profesional.