Gianluca Brambilla, el "capitano" del Q36.5

El veterano ciclista italiano habla de su actual equipo con la pasión de aquel niño que iba a todos los lados en bici. Dice que son gente muy entusiasta y que tiene un rol de capitán que se toma muy en serio, porque quiere que los jóvenes se acuerden de él y de sus enseñanzas. Esta es su historia.

Brambilla en una imagen del reciente Tour de Hungría. Foto Szymon Gruchalski   Sprint Cycling Agency
Brambilla en una imagen del reciente Tour de Hungría. Foto Szymon Gruchalski Sprint Cycling Agency

Llueve. Y no parece que vaya a parar. Tras dar una última oportunidad al cielo cierra definitivamente su ventana. Hoy no saldrá a entrenar. “La jornada extra de reposo será bienvenida", reflexiona. Quizás hace años hubiese salido sí o sí. En cambio, a sus casi 36 años la experiencia le ha otorgado la paciencia de esperar. "Ya tendré tiempo de bicicleta en la próxima concentración en altura con el equipo en Andorra”, explica.

A Gianluca le describe la pausa, como si quisiera esconder aquel niño apresurado que iba en bici a todos lados: Al cole, al fútbol… Siempre imaginando que era Pantani. Soñando con ser líder del Giro de Italia. Tampoco es amigo de los recuerdos. Sobre todo, de los malos. Está harto de zanjar con un “basta” que lo de aquella expulsión en la Vuelta a España de 2014 por pelearse con Ivan Rovny fue una equivocación que no debe enturbiar una gran trayectoria. Ocurrió durante una etapa, la que llevaba a un grupo de fugados hacia La Farrapona, en la que fue el único que se atrevió a plantarle cara al ruso por lo poco que estaba cooperando en la escapada. El problema fue que la discusión derivó en un intercambio de manotazos. "Pocos se acuerdan ya de esta tontería, basta", reitera.

Gianluca Brambilla
Gianluca Brambilla con los colores de su nuevo equipo, el Q36.5 Pro Cycling Team.

Su sonrisa vuelve a florecer cuando se acuerda de su primera victoria como profesional, fue en 2010, en el Gran Premio Nobili Rubinetterie, cuando corría en el Colnago-CSF Inox (actual Green Project-Bardiani), su primer equipo como profesional. Dice que ahora no es como antes, que era un equipo para que un joven creciera. Lo cierto es que le permitió conseguir otro deseo, correr el Giro de Italia.

En uno de ellos, el de 2012, consiguió ser décimo tercero en la General, lo que le valió para que el potente Quick-Step se fijara en él y le contratara para el año siguiente. Aquellas vivencias tan sólo le despiertan frases cortas que enlaza con modestia. El apoyo a Urán, a Cavendish... Pero, sobre todo, convertirse en líder del Giro de Italia de 2016 tras aquella etapa que ganó en Arezzo, la octava, en la que su equipo le pidió destrozar una fuga lo antes posible porque el Movistar venía tirando fuerte por detrás para lanzar a Valverde, que también quería la Maglia Rosa.

Brambilla, con la maglia rosa de líder del giro 2016
Brambilla, con la maglia rosa de líder del Giro 2016. La vestiría durante dos etapas.

Rememorarlo le saca una sonrisa, porque dice que cumplió un sueño de niño, que son los más bonitos. Meses después consiguió filtrarse en otra fuga, esta vez en la Vuelta a España, en la que consiguió descolgar a Alberto Contador hasta quedarse sólo con Nairo Quintana al que doblegó en los últimos metros del Puerto de Formigal.

Luego llegaron los años con Trek-Segafredo (de 2018 a 2022). Firmó con ellos porque le ofrecían más galones y mayor respaldo económico. Sin embargo, aquellas cinco temporadas tan sólo consiguen rescatarle una mueca de satisfacción que tilda de "felicidad al 90%". Seguidamente empuja, tras una pausa, un puñado de palabras con las que rescata su relación con Giulio Ciccone. Reconoce que trabajó duro para él, que se entendían, aunque nunca consiguieron los grandes resultados para los que lucharon juntos.

gianluca brambilla Trek 2021
En 2021, corriendo en el Trek-Segafredo, conquistó el Tour de los Alpes Maritimos y de Var tras ganar la última etapa. Foto: Sprint Cycling Agency.

Gianluca parece no entenderse con el pasado. Su discurso sólo sufre un cambio de ritmo cuando le evocan el tiempo real. Entonces se ilumina. Habla del Q36.5 Pro Cycling Team, su actual equipo, con la pasión de aquel niño que empezó describiendo, el que iba a todos los lados en bici. Dice que son gente muy entusiasta y que tiene un rol de capitano que se toma muy en serio, porque quiere que los jóvenes del equipo se acuerden de él, de sus enseñanzas.

El Gianluca de hoy apenas se acuerda del que evocamos los demás. Lo que le entusiasma realmente es contar que, hace unos días, en la Vuelta a Asturias, le dijo a su compañero Damien Howson que arrancara a falta de dos kilómetros, que luego la carretera iba hacia abajo, que él le cubriría en caso de llegar al sprint. Luego dejó astutamente un hueco suficiente para que por detrás el resto de favoritos a la victoria dudaran. Le ayudó a ganar la primera etapa. Eso le dio la energía extra para volver a casa contento. Para acudir al Tour de Hungría en condiciones, aunque hoy se quede en casa por que llueve. Para afrontar los 36 años con la misma energía con la que debutó en su primer Giro. En el de este año no estará. Tampoco le importa, dice que ya ha corrido bastantes. Su carrera sigue estando llena de pequeños objetivos. Ya les invitarán más adelante. Y si es a La Vuelta, mejor. Allí también dejó su huella, aunque la recuerde con frases tibias.