Sergio Román Martín, un as jugando con doses

Trata de recuperar la movilidad en el Centro de Parapléjicos de Toledo, donde lleva más de un mes ingresado. Sus cartas se resisten a cambiar. Los reyes que antes le traían carreras y un gran futuro como ciclista ahora son “doses”. Pero es optimista. Desde hace semanas decidió hacer de su drama una nueva vida, un cambio de objetivos.

Sergio Martín en una imagen de principios de esta temporada. Foto Sprint Cycling Agency
Sergio Martín en una imagen de principios de esta temporada. Foto Sprint Cycling Agency

La gente miope, al despertarse, tiene un gesto mecánico, el de buscar las gafas a tientas en la mesilla de noche. Él, en cambio, todos los días, en cuanto el despertador suena a las ocho y media, lo primero que hace es colocarse su sonrisa. Luego salta al frío metálico de una silla de ruedas, que con suma habilidad conduce hacia el baño para darse una ducha.

Lamentarse por aquel descuido ya va quedando atrás. Es un duelo al que comienza a ganarle la partida, aunque no lo esconde. No es un robot. Se sigue permitiendo la rabia, la auto-compasión. La frustración. Lo bueno es que, aunque esos sentimientos punzan como agujas, cada vez acuden menos a visitarle.

Antes de todo esto Sergio era un chaval con aurea de triunfador. Su mirada azul dibujada en un rostro que aun mantiene afilado ratifica un chaval al que todo le estaba saliendo bien. Cuando era un crio sus padres le empujaron a hacer ciclismo en la Escuela de Galapagar, la localidad de Madrid donde reside. Él les acostumbró rápido a traer trofeos a casa. Tantos que el profesionalismo llamó pronto a su puerta.  Mucha gente se enteró de que lo iba a ser porque lo leyeron en un tweet del Caja Rural y le escribieron para felicitarle. Justo en ese momento él estaba haciendo dos practicas: Una en el equipo navarro, donde corría a prueba como stagiaire, la otra en una de las sedes del otro patrocinador, la Compañía de Seguros RGA. Era un complemento a sus estudios de ADE que cursaba en la Carlos III. Buen ciclista y buen estudiante. La vida le estaba repartiendo buenas cartas.

Durante tres temporadas, el ciclismo, siempre de la mano del equipo navarro, le regaló muchos grandes momentos. Él, en cambio, rescata dos postales: La primera le retrata en una de las etapas del Tour de Gran Bretaña de 2021, en la que, en plena pugna por la etapa, se vio entre la robusta silueta de Wout Van Aert y la nerviosa sombra de Julien Alaphilippe. La otra, apenas unas semanas antes, le ubica tomando la salida de la Vuelta a España, la primera de su carrera.

Dos años después, cuando en su cabeza ya se empezaba a dibujar la preparación para la siguiente Vuelta, el destino decidió arrebatarle aquellas cartas con las que siempre había jugado. De golpe y plumazo le quitó sus reyes para repartirle unos míseros doses. No fue durante la disputa de una carrera. Ocurrió a escasos kilómetros de Galapagar, acoplado sobre su bicicleta de crono, donde, a casi 60 kilómetros por hora, con la mirada fija en su Garmin, se ocultó en la concentración del esfuerzo tras abandonar una rotonda y afrontar una larga recta. Durante veinte segundos dejó de mirar al horizonte. En ese momento chocó contra una furgoneta estacionada en el arcén que no vio.

Tras el impacto, y bajo el aturdimiento, consiguió alertar a sus familiares para que acudieran a auxiliarle. Luego fue trasladado al Hospital 12 de Octubre. Días después de ser ingresado fue consciente de lo que había ocurrido. Esta vez no sería cosa de entrar y salir. El golpe había afectado a la médula. Sus piernas, esas que le habían llevado hasta la rueda de Van Aert y Alaphilippe, no se movían si no era gracias a la ayuda de un enfermero. Lo contó en sus redes. La multitud de muestras de apoyo recibidas le golpeó más que el propio accidente. La cosa no pintaba bien.

Sergio Román Martin
Foto: Instagram Sergio Martin (sergiormartin_)

Hoy, como ayer y como lo será mañana, trata de recuperar de nuevo la movilidad en el Centro de Parapléjicos de Toledo, donde lleva más de un mes ingresado. Sus cartas se resisten a cambiar. Los reyes que antes le traían carreras y un gran futuro como ciclista ahora son “doses” que le agendan, cada día, una sesión matinal de terapia ocupacional más las de recuperación con el fisio.

Pero Sergio es optimista. Desde hace semanas decidió hacer de su drama una nueva vida, un cambio de objetivos. Una búsqueda de pequeñas satisfacciones que le rescaten de lo que se pudo haber o no evitado. Por eso, antes de comer, le gusta encontrar un rato para leer bajo la sombra de algún árbol del jardín del Centro. Y, por las tardes, siempre tiene alguna visita de algún familiar o amigo.

Se siente querido, por sus allegados y por el ciclismo. Incluso el mediático Egan Bernal, que tuvo un accidente parecido, está pendiente de su recuperación, donde se añade un numeroso pelotón entre el que se encuentra todo su equipo.

Ya vuelve a ver el ciclismo por la tele aunque sus nuevos compañeros de grupeta ahora son otros pacientes, otras historias compartidas que supusieron un cambio de vida y que ahora ruedan en paralelo con él. Allí nadie se juzga, sólo son hombros donde, si se quiere, se puede llorar o reir ante una partida donde, una vez puestas las cartas boca arriba, todos muestran sus doses.

En aquel Centro, los días a veces pasan lentos, otros más rápido. Pero Sergio no esconde la incertidumbre sobre su futuro. Los enfermeros le cuidan mucho, los fisios saben apreciar lo mucho que se esfuerza por recuperar lo antes posible. Lo cierto es que los médicos no hablan mucho. Nadie quiere hacerlo con lesiones de este tipo.

Sin embargo, como si aún siguiese acoplado sobre su bicicleta de crono, sigue tirando para adelante, con un rictus en el que ahora la mueca de esfuerzo es una sonrisa que aplica, justamente, sin cansancio alguno. Pero Sergio es humano, es consciente de que su mirada azulada se sigue nublando cuando se acuerda de su bicicleta, a la que no ve desde hace dos meses. Ya habrá tiempo. La vida ahora le ha dado doses, pero quién mejor que un ciclista para levantar una mala jugada, y él es su propio as en la manga.

 

Sergio Martín, trasladado al Hospital de Toledo para continuar con su recuperación

Relacionado

Sergio Martín, trasladado al Hospital de Toledo para continuar con su recuperación

Sergio Martín en una imagen de esta temporada

Relacionado

Sergio Martín, hospitalizado tras sufrir un grave accidente entrenando