Unai Zubeldia: el joven analista del Euskaltel-Euskadi

Cuando habla se destapa una actitud ingenua, quizás tímida. En cambio, cuando mira parece asomar la madurez de quien lo escruta todo. Es un analista. Esta es la historia del guipuzcoano Unai Zubeldia, neoprofesional del Euskaltel-Euskadi.

Unai Zubeldia. Foto Sprint Cycling Agency
Unai Zubeldia. Foto Sprint Cycling Agency

Su historia se está construyendo con la inercia de quien se deja llevar por un suave pedaleo calle abajo, simplemente haciendo caso a sus padres, que siempre le dijeron que no se tomara en serio lo de la bicicleta, que estudiara. De hecho, lo único que le pidió a Josetxo y a Onintza cuando era juvenil fue que le compraran unas ruedas buenas, que tenía ese capricho.

Hasta entonces jamás había ganado una sola carrera con su equipo de toda la vida, el Oriako de Tolosa. A cambio, el premio siempre fue que, desde niño, viera normal que todos los sábados se acercara Abraham Olano a rodar con ellos en un polígono industrial de la zona. Cada tres vueltas subían un repecho. A él le divertía todo aquello. Era muy pequeño para ser consciente de que pedaleaba junto a un Campeón del Mundo.

Por pura inercia recaló como aficionado dentro de la Fundación Euskadi a través del Laboral Kutxa, pero lejos de pensar en un futuro como ciclista, en centrarse en correr y descansar, se buscó un piso de estudiantes en Bilbao con sus amigos de la Infancia para comenzar allí sus estudios como Analista de Datos Empresariales, o Business Analytics, como dice él.

Cada semana repetía el mismo mecanismo. Los domingos por la tarde metía la bici en el autobús en la Estación de Ibarra. De lunes a jueves iba a clase por las mañanas mientras que, por las tardes, se pegaba con la escasa luz del norte vizcaíno para rascar un rato de bicicleta. Los findes eran para las carreras. Sin apenas tener consciencia de ello, los datos hablaban. Su rendimiento iba en aumento factorial, al igual que sus notas en la Universidad.

Unai Zubeldía en el podio tras imponerse en la Santikutz Klásica. Foto Oskar Matxin  Laboral Kutxa
Unai Zubeldía en el podio tras imponerse en la Santikutz Klásica 2023. Foto Oskar Matxin / Laboral Kutxa

El año pasado, durante su segundo año como amateur, tras ganar el campeonato de Euskadi, uno de sus directores le llamó: “Te voy a dar una sorpresa”, le dijo. Unai le interrumpió. “No me digas más, ya tienes el maillot de Campeón de Euskadi customizado”, respondió con una ingenuidad que hizo reír a su interlocutor. “Déjate de maillots, lo que tengo para ti es una reunión con ´los jefes`, quieren que firmes el contrato para correr el año que viene en el Euskaltel-Euskadi”, le lanzó.

Unai colgó el teléfono atónito. En un mundo donde muchos chicos dan el salto prematuramente, consideraba que incluso podía ser pronto para él. Que no había nada de malo en crecer poco a poco, sin las prisas que ahora parece exigir el ciclismo moderno. Pero enloqueció de contento.

Acudió a la primera concentración con los ojos bien abiertos, analizando cada gesto de los hombres más veteranos: Lo que comían, sus manías, si entraban fuerte o si sólo rodaban. Todo eran variables a tener en cuenta.

Lo lógico hubiese sido aparcar los estudios. Unai, en cambio, sigue haciendo caso a sus padres. Seguirá en el piso de Bilbao con sus compañeros. Con un poco de suerte podrá terminar las clases el año que viene, aunque su TFG (el Trabajo de Fin de Carrera) puede que tenga que esperar, lo mismo que las prácticas. Aunque, quizás, éstas sí puedan ir en paralelo con el ciclismo. El análisis de datos, como ya ocurre en la Fórmula 1, lleva unos años introducido en el ciclismo. Unai sería capaz de estudiar variables como el rendimiento de un corredor en una Gran Vuelta o, por ejemplo, el tiempo que debe permanecer un ciclista frente al viento en una crono por equipos antes de deslizarse a un lado para que pase el siguiente.

Unai Zubeldia AlUla Tour
En la 1ª etapa del AlUla Tour, en su primera carrera como ciclista profesional, Unai se metió en la fuga y subió al podio para recoger el Premio de la Combatividad y el maillot de líder de las Metas Volantes. Foto: Massimo Fulgenzi (Sprint Cycling Agency)

Pero del ciclismo también analiza otros datos. Que fue capaz de escaparse en su primer día como ciclista profesional. O que disfruta de un viaje de seis horas en un avión camino a Arabia viendo a Simon Yates unos asientos más adelante. Hasta ahora, casi todas las carreras habían sido en Euskadi o, como mucho, con una noche previa de hotel. Para Unai, todas las variables son analizables. Por un lado los datos, por muy fríos que sean, pero también la felicidad sobre la bicicleta.