Desde que Nairo Quintana concluyó segundo en el Tour de Francia de 2013, entonces con 23 años, el ciclismo colombiano ha tenido a uno de sus compatriotas en el cajón final de París todos los años, a excepción de 2014. El propio Nairo, segundo en 2015, tercero en 2016, y Rigoberto Urán, segundo en 2017, ha prolongado ese idilio al que le falta el remate. Colombia suspira por el Tour de Francia. Y una generación de ciclistas única mantiene vivo ese sueño que, desde el país suramericano, en el mundillo ciclista en sí, se percibe muy cercano.
De la nueva ola colombiana, que escala, pero también esprinta y contrarrelojea, se ha escrito mucho ya. Un grupo de corredores de una gran calidad que han convertido a Colombia en una primera potencia mundial. Lejos quedan los exotismos de los años ochenta, aquella hiperespecialización en la montaña, ese abanderamiento de Lucho Herrera (que ganó una Vuelta, 1987) y Fabio Parra (podio en Tour y Vuelta, siete participaciones en la ronda española y en todas top-ten) de un país y de un deporte. El Tour del Porvenir, oficiosamente el Tour de los campeones del mañana, que no garantiza nada pero sí es una excelente vara de medir, ha sido ganado por cuatro colombianos desde 2010 y el último, precisamente, en 2017.
Desde que Nairo acabó segundo ese Tour de 2013 Colombia ha inscrito su nombre en el palmarés del Giro de Italia (Nairo Quintana, 2014), ha reverdecido su presencia en el de la Vuelta a España (Nairo Quintana, 2016), se ha impuesto en citas WorldTour e incluso ha descubierto qué es ganar uno de los cinco Monumentos (Esteban Chaves; Giro de Lombardía, 2016). Se han ganado etapas, clásicas y semiclásicas; y se ha apuntalado el hecho de que Colombia es más que una moda pasajera. En el mes de junio de 2018 su ciclismo ha llegado a mandar el tres pruebas distintas durante un mismo dia: Cristián Muñoz, victoria de etapa en el Giro U23; Rigoberto Uran, triunfo parcial y liderato provisional en el Tour de Eslovenia y Nairo Quintana, éxito en una etapa de la prestigiosa Vuelta a Suiza.
Cuatro, por diferentes motivos, con diferentes objetivos, serán los grandes nombres presentes en el Tour 2018: Urán, Quintana, Bernal y Gaviria.
Urán, segundo en la pasada edición, acude como el líder del Education First. Quintana, tras su traspié emocional en 2017, donde acabó duodécimo tras su paso por el Giro en el que no pudo con Tom Dumoulin, ha afrontado un 2018 mucho más plácido para llegar en un óptimo estado de forma y liderar al Movistar que también lleva a Landa y Valverde. "El objetivo es ganar el Tour, es un sueño que tengo desde hace años", que señaló días atrás. En el Sky confían en Egan Bernal, que es joven y va a debutar sin presión alguna y completamente supeditado a Chris Froome, a priori, en unas tres semanas de competición que el ganador del Tour de California y podio en el Tour de Romandía, entre otros resultados, no tiene experiencia.
También tomará la salida Fernando Gaviria, siete victorias esta temporada, cuatro en el Giro de Italia del curso pasado (más la maglia ciclamino) y llamado a ser, pese a debutar, uno de los hombres importantes en las llegadas masivas de la ronda gala. Esteban Chaves y Miguel Ángel López, tras su desigual Giro, con mucho más brillo para el segundo que para el primero, a priori miran para la próxima edición de la Vuelta. Ambos acumulan 42 y 46 días de competición, respectivamente.